Todo viaje de ida tiene viaje de vuelta. El verano se acaba, septiembre llega y es época de despedidas. Pero no despedidas para siempre, sino un "hasta pronto". El pasado miércoles Aziz, Mohamed y Mimi volvieron a sus casas en el Sahara y dijeron ese "hasta pronto" a las familias de acogida toresanas que les han cuidado durante todo el verano, gracias al programa "Vacaciones en paz".

Una vuelta dura, ya que los pequeños han disfrutado muchísimo de su estancia en Toro. De cada una de sus fiestas, de las tarde de piscina, y de todo el cariño que han recibido por cada uno de los seres queridos que han encontrado en la ciudad. Las familias no podían contener las lágrimas de tristeza por saber que sus pequeños marchan, aunque esa tristeza con el tiempo se transformará en alegría al saber que el verano que viene les volverán a ver y disfrutarán, de nuevo, del verano de sus vidas. El alcalde de Toro, Tomás del Bien, también acudió a esa despedida. El primer edil agradece a las familias que les han acogido ya que cada año dan ejemplo de solidaridad y de bien hacer.

Aunque, una de las familias, a pesar de la marcha de Aziz y Mohamed a los campos de refugiados de Tinduff, también siente alegría y todo ello porque, ayer, volvió Salek, un niño que pasa los inviernos con la familia de acogida toresana, estudiando y disfrutando de cada una de las ventajas que se puede encontrar en la ciudad. Rodeado de una familia que le quiere, de su familia zamorana que le arropa, que le da amor y que siempre tendrá en su corazón.

Ángel García, miembro de una de las familias de acogida, narra que ya están contando los días para que llegue pronto el próximo verano "para disfrutar de los niños". Además agradece al alcalde de Toro "su entrega y apoyo a los niños saharauis los cuales han invitado al alcalde a viajar en diciembre a visitar los campos de refugiados saharauis en la hamada argelina donde viven estos niños con carencias de todo tipo desde el agua potable , sanidad, alimentos", manifiesta.

Un verano que los pequeños recordarán toda su vida. Lleno de nuevas experiencias, de sensaciones inmejorables que cada verano podrán sentir. De momento, solo les queda esperar y recordar. Tener la esperanza de que volverán, porque ese "hasta pronto" estará en su corazón contando las horas, al igual que lo hace su familia zamorana. El corazón no entiende de despedidas, y estas grandes familias lo saben muy bien. En el Sahara vivirán todo el curso con sus familias, que también darán amor a los pequeños.