"No soy de aquí, pero me siento vuestro. No nací aquí, pero quiero ser toresano de pura cepa como vosotros". Con estas palabras, el empresario quesero, Teodolindo Chillón, inauguró ayer las fiestas de San Agustín de Toro con un discurso cargado de optimismo, aderezado con recuerdos y vivencias personales. Chillón reconoció que haber sido elegido pregonero de San Agustín es "un inmenso honor", sobre todo porque, a pesar de haber nacido en Pinilla de Toro, se siente un toresano más que ha logrado alcanzar importantes metas gracias a dos premisas: fiesta y trabajo. En su discurso, rememoró algunas vivencias que le unen a Toro, desde que en 1954 asistió cuando era un niño a la coronación de la Virgen del Canto o cuando conoció a su esposa, el día en el que ella fue dama de honor de las fiestas de San Agustín de1970.

El empresario también evocó su niñez y juventud en su localidad natal, Pinilla de Toro, aunque confesó que desde aquella época ya tenía en mente vivir y desarrollar su proyecto empresarial en Toro. Emocionado, el pregonero volvió a aquellos años en los que los militares de Monte la Reina "tan trajeados y repeinados" compartían con los toresanos "la pista de baile".

Este recuerdo sirvió al pregonero para incidir en la importancia de que Monte la Reina "se revitalice" y vuelva a ser "un estímulo para la ciudad". En su discurso, Chillón también recordó a todos aquellos maestros queseros que convirtieron a Toro en un referente, tanto en el mercado de la leche como del queso, tales como Severo Marcos, Anselmo de Castro, Nicolás Marcos, Luis Castro, Máximo Hernández, Viuda de Santos Revilla e Hijos de Casimiro Revilla. "La historia del queso de Toro está todavía por hacer", subrayó Chillón, para quien "la patria del vino no podía tener un mejor compañero que este paraíso para el queso".

De hecho, reconoció que, el prestigio que llegó a alcanzar Toro como "ciudad de comerciantes, de coloniales, de fabricantes de embutidos, productores de frutas y verduras o de fabricantes de queso" fue el motivo por el que decidió instalar su negocio en la ciudad, ya que "quería ser como uno de ellos".

A renglón seguido, pidió a las personas que siguieron su alocución que reflexionaran sobre "todo lo que tenemos en Toro", una ciudad en la que confluyen el arte, el patrimonio, la cultura, la música o la gastronomía por encontrarse en un "enclave privilegiado", ya que se localiza a "pocos minutos" de grandes y pequeñas urbes o de Portugal. Por todos los motivos enumerados, en opinión del empresario, "Toro se merece crecer". De forma especial, pidió más "cuidados y mimos" para los jóvenes y, sobre todo, "oportunidades económicas" para que decidan quedarse en Toro. Por último, el pregonero instó a profesionales de todos los sectores a que "sean emprendedores" y, sobre todo, a que "crean esta tierra".