La escuela de teatro de verano llega a su fin. Pero, lo hace de una manera muy especial, y es que los grandes finales terminan con una sorpresa. Esta vez es la visita de una japonesa vestida con su traje tradicional. Los niños se reían todo el rato debido a que no entendían ni una sola palabra que la japonesa les decía. Aunque, ellos no se daban por vencidos e imitaban y repetían cada uno de sus gestos y palabras, como es el saludo tradicional japonés, o el nombre tan "peculiar" de la mujer, que a los niños le era imposible repetir.

Además, en la clausura también estuvo presente Tomás del Bien, alcalde de Toro. El edil dio las gracias a los niños por participar en este taller, que, como recuerda, "lleva siendo una iniciativa tres años y este por fin se ha podido poner en marcha. El que la sigue la consigue", manifiesta el primer edil. Además destaca que en la actual etapa de gobierno el Ayuntamiento de Toro hace una "clara" apuesta por la cultura y el teatro. También destaca la labor de Ana López, quien ha impartido el taller a lo largo del mes. "Creo que como muchos considera el teatro su propia casa, y su iniciativa ha dado por fin su fruto. Los niños han disfrutado de todo", concluye el alcalde dando las gracias, de nuevo, por el esfuerzo y dedicación a López, a los niños y a sus familias, ya que, "sin ellos no hubiera sido posible".

López destaca la importancia de los niños en el taller. "Ha sido un curso muy corto, pero estoy muy contenta porque han participado muy bien", apunta. Ayer, que fue el último día, los niños estaban tristes por acabar el curso, pero es significa una cosa: que se han divertido y que se lo han pasado muy bien. Han podido conocer cada uno de los secretos de los actores. Han aprendido que la imaginación y la creatividad son imprescindibles en el teatro y en el día a día. También saben que la vergüenza hay que quitarla, "hay que dejarla fuera de la puerta del Latorre", como decía López en la primera de las clases. El teatro puede estar presente en la vida, con él se puede aprender muchas cosas. Y, este taller lo ha hecho posible.

Juegos de como cocinar en parejas improvisando, tan sólo con la compañía del compañero y de la imaginación de cada uno. Improvisar no es tarea fácil, más bien complicada, pero, la imaginación hay que trabajarla, y este taller lo ha hecho posible. Quién iba a decir a los pequeños que se iban a presentar con un nombre de animal, o que no les daría vergüenza hacer algo que antes les resultaba imposible; que cocinarían en una cocina invisible con toda la cubertería inexistente, y que serían capaces de hacerlo; o que conocerían a una japonesa que les iba a enseñar las costumbre de su tierra.Los pequeños pudieron hacer esto y mucho más en este taller de teatro, y , aunque no ha durado mucho, ha sido una gran iniciativa para que otros años se apueste de nuevo y hablen a sus amigos de lo bien que se lo han pasado en el Latorre.