Con su pregón, el empresario Teodolindo Chillón inaugurará el viernes, a partir de las 21.30 horas en la Plaza Mayor, las fiestas de San Agustín. Chillón nació en Pinilla de Toro hace 74 años y toda su vida la ha dedicado a la elaboración de queso, un oficio por el que siente pasión y que aprendió de su abuelo y de su padre. Casado y padre de cuatro hijos, el pregonero augura un futuro esperanzador para Toro si logra crear más empleo y aprovechar el potencial de recursos como el Duero.

-¿Le ha sorprendido su elección como pregonero?

-Cuando me lo propuso el alcalde, Tomás del Bien, me sorprendió gratamente y le pregunté sobre los motivos por los que habían decidido elegirme. Me contestó que, por unanimidad, habían decidido que fuera yo, por mi trayectoria empresarial y por lo que estaba haciendo por la proyección de Toro, a nivel nacional y fuera de nuestras fronteras, ya que nuestro queso se exporta a cuatro países y lleva a Toro por bandera.

-¿Qué mensaje transmitirá a los toresanos con su discurso inaugural de los festejos?

-El mensaje está muy claro. Se basa en lo que he vivido yo y es lo que quiero transmitir. Para triunfar solo se pueden aplicar dos fórmulas: trabajo y fiesta. Voy a invertirlas, porque soy el pregonero y no cabe duda de que para tener unas buenas fiestas hay que hacer un buen trabajo.

- ¿Cómo vive las fiestas?

-Las fiestas las vivo con mucha intensidad. Me considero una persona trabajadora, pero también soy divertida. Me gusta la juerga, no me canso de contar chistes e intento alegrar a la gente que está a mi alrededor.

-¿Las fiestas se han consolidado como un importante escaparate turístico de Toro?

-Pienso que sí. El alcalde ha hecho mucho en este sentido y conste que no digo esto porque me hayan elegido pregonero, porque me halaga mucho, pero también es una gran responsabilidad. Las fiestas o iniciativas como las "Noches Blancas", que a nadie se le habían ocurrido, se han convertido en citas muy importantes. La vida o los negocios funcionan con ideas y los pueblos seguirán viviendo si hay ideas nuevas y gente que apuesta por renovar.

-Como empresario, ¿comparte con el alcalde la percepción de que Toro cuenta con un tejido industrial consolidado, pero que la pérdida de población es su principal problema?

-Hace siete años, en reuniones empresariales y políticas, empecé a hablar de la despoblación y propuse algunas ideas para solucionar el problema en Zamora o en Castilla y León. Hay pueblos que están desapareciendo porque no hay motivación, aunque son los lugares en los que más años vivimos y en los que mejor aire se respira. Tiene que haber algún motivo y, aunque los políticos lo saben, no aportan soluciones.

-¿Qué soluciones propone para frenar la sangría poblacional de ciudades como Toro?

-En primer lugar, que la PAC (Política Agraria Común) siga existiendo y que se amplíe. Otra medida importante es la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones. A políticos como Albert Rivera, Luis Tudanca o Pablo Casado, con quienes he coincidido en reuniones, les he transmitido la misma pregunta. No entiendo el motivo por el que a Castilla y León se la margina, ya que es una de las regiones, junto a Asturias, en las que más se paga por este impuesto. En mi caso habría sido más positivo abrir mi empresa en Madrid, en Baleares o en cualquier otra región en la que la cesión a mis hijos costara menos. Sin embargo, como me sentía toresano desde niño, aunque naciera en Pinilla de Toro, tomé una decisión de la que no me arrepiento.

-Aunque en Toro existen varias empresas queseras, ¿el sector no ha logrado el reconocimiento que sí han alcanzado otros productos?

-El sector quesero tuvo una importancia enorme en la provincia. En los años 70, eramos 68 fabricantes de diferentes tamaños, pero en la actualidad quedamos 12. En aquella época Toro era un referente, a nivel regional y nacional. En Toro se llegaba a manejar más del 50 por ciento de la leche producida en la provincia y se fijaban los precios que se pagaban al ganadero.

-Con la apertura del Museo del Queso Chillón, ¿además de cumplir un sueño familiar también ha querido reivindicar la importancia del sector?

-Soy quesero desde que nací y como sentía tanta pasión por el oficio, desde hace muchos años recopilo piezas e historias. Sentía que en el sector iba entrando tanto la modernidad, que era una pena que se olvidaran y perdieran los principios. Mis recuerdos no se remontan solo al momento en el que nací, sino a lo que vivieron mi abuelo y mi padre. Se remontan al año 1890, una época en la que mi abuelo elaboraba seis quesos como máximo, pero como todo el mundo hacía queso en casa no se podía vender. Mi abuelo tuvo que salir a vender el queso fuera y después lo tuvo que hacer mi padre.

-¿Qué futuro augura para Toro?

-De cara al futuro, es muy importante que revitalizar las fiestas, que haya actividades o que la gente no tenga necesidad de buscar diversión fuera, pero Toro necesita más empleo. Para que en Toro haya más trabajo, hay que pedir ayuda a las Administraciones, a nivel regional y nacional, y que las empresas se diversifiquen, algo que no se hizo bien en épocas pasadas. En la actualidad, con la red de comunicaciones que tiene Toro, no está lejos de ningún sitio, de ciudades pequeñas, medianas o grandes y de Portugal. Toro tiene un enclave privilegiado. Para que ciudades como Toro puedan prosperar, el impuesto de donaciones debería ser eliminado, lo que permitiría que el padre pudiera darle al hijo en vida lo que tiene. Con esto también se conseguiría que el Estado pudiera asegurar a las personas mayores una pensión digna para vivir. Por otra parte, a nivel local, creo que Toro tiene un potencial enorme, pero puede explotar más el Duero, porque todas las ciudades por las que pasa un río son ricas. En Toro tenemos el Duero, uno de los ríos más importantes de España y se podría crear una playa artificial.