Con un sombrero de vaquero. Un pañuelo rojo atado al cuello. Un micrófono. Y la compañía de Paco Manuel Herrera a la guitarra. Tan sólo eso le sobró a El Cabrero para ser ovacionado por el púbico la noche del pasado sábado en el patio de la Bodega Liberalia con la luz de la luna y unos viñedos de fondo.

En su última gira, el maestro del cante pisa Toro, y lo hace por todo lo alto. Comenzó el concierto con un soneto de José Luis Borges, cantando a la par que sonaba la guitarra de Herrera, y con una mano por delante y otra detrás recibió una gran ovación de su público. Tras esta canción decidió decantarse por un cante por "Soleá".Después recitó un "cante por Serrana". Tras este tema interpretó, según sus palabras, "un tema que no es de esta latitud, donde se no piensa, y si no se piensa nadie se queja": "El orejano". Tras este se decantó por cantar una "ristra de fandango". Además, también hizo un homenaje y cantó a la paloma de la paz. El resto de su repertorio se basó en "seguiriyas", "fandangos", y, para finalizar, un "martinete".