Por bulerías, fandangos o soleás se arrancaron ayer a cantar los participantes en la XVIII edición del encuentro dedicado al flamenco que organiza la bodega Liberalia y que, un año más, reunió en sus instalaciones de Toro a guitarristas y cantaores aficionados al cante jondo procedentes de distintas localidades de la provincia. El "alma" de este evento es el bodeguero Juan Antonio Fernández que, junto a su hija Beatriz, han convertido a la bodega toresana, no solo en un referente en el sector vinícola, sino también en el de la cultura en sus diferentes interpretaciones. La idea de organizar este encuentro flamenco surgió hace 18 años con el objetivo de potenciar la afición al flamenco, muy arraigada en la provincia, y que, con el paso del tiempo se ha consolidado como una cita ineludible para guitarristas y cantaores aficionados que se desplazan a Liberalia "por amistad" y para disfrutar de una jornada de convivencia en la que el auténtico protagonista en el cante jondo.

Al margen de compartir una comida maridada con los vinos de la bodega, los asistentes al encuentro vibraron con el talento de los guitarristas y las voces de los cantaores que, como destacó Fernández, "son muy respetuosos" y de forma paciente esperan su turno para poder participar. Alrededor de medio centenar de personas participaron en el encuentro y, de forma especial, Fernández destacó la implicación de Yolanda Arévalo y Rosi Crespo, cantaoras zamoranas que, por primera vez disfrutaron el pasado año de esta iniciativa y que ayer regresaron a Liberalia para interpretar varias canciones. Al evento organizado por Liberalia tampoco faltó Gervasio Gutiérrez que, a sus 88 años, deleitó a los asistentes con un sentido recitado de varias poesías. El flamenco y el arte fueron los ingredientes de un encuentro que sirvió para que los invitados compartieran una pasión que sienten muy dentro.