El Ayuntamiento ha finalizado las labores de instalación de una nueva escultura en la rotonda situada en las inmediaciones del Arco de Santa Catalina en la que, hasta hace un año, estaba enclavado uno de los símbolos de la ciudad: el "toro de piedra". Sobre el nuevo conjunto escultórico con el que se ha adornado la rotonda, la concejala de Obras y Urbanismo, Ruth Martín, destacó que el Ayuntamiento lleva meses trabajando para materializar una propuesta del aparejador toresano, Javier Vila, con el fin de dotar al espacio de una nueva ornamentación acorde a la identidad y tradiciones de la ciudad.

Destacó Martín que con la nueva escultura diseñada por Vila se pretende rendir un homenaje al sector del vino y a todos los bodegueros y viticultores que trabajan cada día para potenciar uno de los pilares básicos de la economía local. Para conseguir este objetivo, en el montaje del conjunto se han utilizado las tradicionales "jaulas" en las que se almacenan las botellas, así como barricas en las que se envejecen los vinos y con las que se han creado las letras o de la palabra Toro, barricas que ha donado el bodeguero Manuel Fariña.

Del mismo modo, la escultura hace alusión a la afición taurina que se conserva en la ciudad y, por este motivo, para las letras que completan la palabra Toro se ha empleado una tipografía que se identifica con el arte de la tauromaquia.

El conjunto escultórico instalado en la rotonda se completa con unos vinilos que reproducen fotografías de otros símbolos de la ciudad de Toro como la Colegiata, mientras que otra recuerda que en la citada rotonda, hasta hace poco tiempo, se exhibía el "toro de piedra". En la creación de esta escultura, además de Vila, han colaborado como asesores Inés Vila y técnicos del departamento de Obras y Urbanismo, mientras que los cerrajeros Julián y Gonzalo Gil que se han encargado del montaje del conjunto. La decoración de la rotonda se ha completado con viñedos que han sido plantados en la circunferencia que enmarca el espacio. La nueva decoración de la rotonda ha suscitado alabanzas de los toresanos, mientras que otros consideran que era el lugar más indicado para exhibir el "toro de piedra", escultura con la que los viajeros que circulan por la N-122 en dirección a Morales de Toro podían identificar a la ciudad y su riqueza patrimonial. El Ayuntamiento decidió hace un año trasladar el "toro de piedra" a la plaza de San Agustín, ante el temor de que pudiera sufrir daños al estar ubicado en una rotonda que soporta mucho tráfico.