La Feria del Vino promovida por la Denominación de Origen Toro, y desarrollada durante el fin de semana en el coso de la histórica y singular plaza de toros de la ciudad, atrajo a un flujo de personas valorado positivamente por el presidente del Consejo Regulador, Felipe Nalda.

A la vista de las entradas despachadas en ventanilla, Nalda consideraba que este año podría "incluso superarse al pasado año" y rebasar las 3.000 o 3.200. Un dato que ayer tarde no era definitivo por estar todavía abierta la feria al público, y darse un goteo de personas interesadas en conocer y ver de cerca los vinos presentados por las diferentes bodegas presentes en esta edición.

Fueron dos días marcados por las altas temperaturas y el sol, que en el interior del recinto taurino hasta parecían incrementar sus efectos, pero que no retrajeron el interés por visitar una Feria del Vino en la que tomaron parte una veintena de bodegas que ofrecían sus productos con todo lujo de detalles.

La entrada llevaba aparejada la entrega de un copa y unas consumiciones, con sus correspondientes tapas, y la imagen del visitante con la copa de vino en la mano era lo más corriente y cotidiano sobre la arena del redondel.

De esta guisa, los turistas y asistentes iban recorriendo los distintos puestos instalados en la plaza, informándose de los vinos, de las marcas, de las etiquetas, de los premios y de las características de cada producto elaborado por las bodegas que distinguen a la Denominación de Origen Toro o de otras DO presentes. El propio Consejo Regulador ofrecía información sobre las rutas del Vino y las posibilidades del enoturismo a los numerosos interesados que se acercaron al estand.

"Es un homenaje que hacemos a los consumidores de la provincia, de España y también del extranjero porque aquí viene gente del exterior" señala Felipe Nalda, que resaltó la importante labor que realizan los turoperadores que hacen que cada día haya un mayor conocimiento y reconocimiento nacional e internacional de los vinos de la Denominación de Origen.

Del calado que está teniendo el producto de la DO da fe el hecho de que "haya personas que vengan repitiendo su visita en una y otra edición de la Feria", porque gustan de estar al corriente del sector.

Han sido dos jornada de interesante movimiento y contacto directo con el mundo del vino.

La jornada del primer día propició el intercambio de impresiones y de pareceres de los profesionales y técnicos del sector que, antes de nada, procedieron a calificar la añada del 2018 con una cata donde visualizaron, olisquearon y sometieron a sus papilas gustativas un total de 13 vinos.

Tras las comprobaciones sensoriales, la calificación otorgada al vino de la DO fue de "excelente' y el gerente del Consejo Regulador, Rubén Gil, subrayó que es una determinación "clara" porque fue la calificación dada "por más del 60%" de los 87 catadores que analizaron las muestras servidas.

Sumilleres, enólogos, presidentes de consejos reguladores, estudiantes de enología, bodegueros, técnicos y gestores hallaron en la Feria del Vino una ocasión para intercambiar impresiones y comentar los pormenores del sector.

A lo largo del sábado y domingo, el recinto taurino se convirtió en el epicentro del turismo toresano gracias al aliciente de una Feria que recibió los elogios de los representantes de las diferentes administraciones por la significación que tienen estos eventos para la promoción y difusión de un producto que constituye un yacimiento de empleo y una fuente de desarrollo económico, turístico y social.

El Consejo Regulador de la DO Toro tiene previsto reforzar en la próxima edición las actividades complementarias y, según adelantó Felipe Nadal, se estudia organizar una San Silvestre o una carrera "entre viñas".

Hubo algunas lipotimias, pero no causadas por el vino, sino por las altas temperaturas reinantes. Estas situaciones fueron resueltas con rapidez por la atención sanitaria de Cruz Roja dispuesta en la misma plaza. Y muchos fueron los que llevaron botellas del "excelente" vino para degustarlo con amigos, conocidos o familiares.