Tres años después de que el Ayuntamiento de Toro suscribiera un convenio de colaboración con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para construir una nueva depuradora en el entorno del puente de piedra que permitiera eliminar los vertidos al cauce del río Duero, la estación ha empezado a funcionar recientemente y ya se han llevado a cabo diversas pruebas para comprobar que el vertido se realiza de la forma esperada.

La concejala de Obras y Urbanismo, Ruth Martín, explicó ayer que la estación está en "periodo de pruebas", ya que a lo largo de los próximos días será preciso comprobar que cumple su función de depurar el agua, aunque también será necesario "ajustar" diversos parámetros para que los resultados sean los esperados. Del mismo modo, Martín señaló que, cada día, se realizan comprobaciones para constatar que el sistema de depuración implantado se adapta a las necesidades de la ciudad y que el tratamiento del agua depara los resultados esperados para no contaminar el río Duero.

A la espera de que concluya el periodo de pruebas, Martín resaltó la importancia de que las nuevas instalaciones ya estén funcionando, sobre todo por el retraso acumulado a lo largo de tres años por diversos factores. Entre otros, cabe recordar que, antes de comenzar la ejecución de las obras, la preceptiva excavación arqueológica realizada en la parcela por su proximidad a un entorno en el que se ubica el puente de piedra, deparó el hallazgo de unos silos que, tras su revisión, fueron protegidos para preservar su conservación. Otro de los motivos que ha retrasado la ejecución del proyecto fue la ocupación parcial de unos terrenos adquiridos por un vecino de Toro y que, en el catastro, figuraban como una propiedad del Ministerio de Agricultura.

En una última fase, también ha sido necesario esperar a que la empresa Iberdrola concluyera los trabajos de "enganche" para suministrar energía a las instalaciones de la depuradora. El proyecto de construcción de la nueva estación depuradora ha sido costeado por el Ministerio de Medio Ambiente y ha supuesto una inversión de 800.000 euros, aunque la adjudicación de las obras fue delegada en la CHD.

La nueva estación ubicada en el entorno del río Duero cuenta con un pozo de gruesos, uno de bombeo, un tamiz rotativo autolimpiante, un tanque decantador-digestador, un equipo de biodiscos y un decantador lamelar. Una vez finalizadas las obras y, a la espera de que las instalaciones se pongan a punto durante el periodo de pruebas, la estación eliminará el vertido que recoge el agua de unos 250 abonados de Toro y que, hasta ahora, pasaba a dos colectores que confluían en un pozo desde que el partía una tubería que alimentaba un tamiz estático y, a continuación, se vertía al río Duero. Según un estudio realizado hace años por la CHD los vertidos que se realizaban en la zona no eran aptos para ser entregados a un cauce público, por lo que se adoptó la decisión de adecuar una nueva estación que subsanara esta situación.