No se conocen documentos escritos que acrediten la relación entre Toro y Magallón, pero ambos municipios comparten vínculos históricos que han reforzado el fin de semana durante unas jornadas de hermandad celebradas en la localidad aragonesa. Una delegación integrada por alrededor de 130 toresanos se desplazó hasta Magallón para divulgar la cultura, la tradición musical, el folclore o los productos típicos de la zona, durante unas jornadas de intercambio inolvidables para todos los participantes.

El alcalde, Tomás del Bien, realizó ayer un balance positivo de la experiencia, en la que toresanos y magalloneros han convivido durante tres intensas jornadas que han servido para compartir experiencias y tradiciones o para reforzar los lazos de unión entre ambos municipios.

Uno de los actos más esperados de las jornadas fue la inauguración de un monolito conmemorativo en un espacio urbano rehabilitado por el Ayuntamiento de Magallón y que ha pasado a denominarse con el nombre de Toro. El monolito conmemorativo, como explicó Del Bien, representa a una barrica de vino y el montaje ha sido realizado por el artista toresano Carlos Adeva. La plaza de Aragón fue el lugar elegido por el Ayuntamiento de Magallón para instalar la escultura que alude a uno de los símbolos de Toro, su vino, y, tras los discursos de las autoridades, la inauguración del monolito fue amenizada con la actuación de la banda de la Sociedad Artístico Musical de Magallón.

Durante estas jornadas, los vecinos de Magallón también pudieron disfrutar del evento denominado "Saborea Toro" celebrado en el auditorio Ramón Salvador y concebido como una exaltación de los vinos, los quesos o los embutidos toresanos que, para la citada degustación fueron aportados por la Denominación de Origen, varias bodegas y otras empresas. La exaltación de los vinos y de la gastronomía de Toro fue amenizada por la comparsa de gigantes de Magallón. Las jornadas de confraternización también han servido para divulgar en Magallón el folclore o la tradición musical de Toro durante una muestra en la que actuaron los tres grupos de bailes tradicionales y dos de las agrupaciones musicales más importantes de la ciudad, la Banda La Lira o "Amigos del Arte". Durante la muestra, según destacó Del Bien, "las asociaciones y colectivos que representan a la cultura de Toro han dejado el pabellón muy algo y han divulgado nuestro buen hacer".

Los anfitriones de las jornadas también quisieron transmitir a los integrantes de la delegación toresana sus raíces culturales y, tras una cena de hermandad, se celebró una gran ronda jotera, a cargo de la Escuela de Música y Folclore de Magallón, acompañada de joteros de otras localidades de la comarca. Una visita al patrimonio monumental de Magallón sirvió para clausurar unas jornadas de hermandad que ya se celebraron en Toro el pasado mes de noviembre. En el primer encuentro, los jardines situados junto al Alcázar fueron rebautizados con el nombre de la villa de Magallón y, en ellos, se instaló un monolito conmemorativo sobre el que se insertó una pequeña réplica esculpida en bronce de la Pulida magallonera.

Aunque no se tiene constancia de la existencia de documentos escritos que acrediten la relación entre Toro y Magallón, según la tradición oral, ambos municipios pudieron establecer vínculos históricos en el siglo XV, durante la Batalla de Toro librada en 1476 y que enfrentó a las tropas de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja. Al parecer, a finales del siglo XV dos centenares de magalloneros, respondieron al llamamiento del rey Fernando el Católico y ayudaron a la repoblación de Toro, tierras a las que, además de solidaridad con sus vecinos, trasladaron plantas y vides que cultivaron en tierras toresanas.