La campaña de siembra de remolacha que acaba de concluir confirma la esperada reducción de superficie dedicada a este cultivo en la zona de Toro, por la rebaja del precio y el nuevo modelo de contratación que este año aplicará Azucarera. El responsable del sector remolachero de la organización agraria COAG, Fernando García, destacó ayer que la superficie sembrada de raíz se ha reducido a la mitad, al pasar de las 7.200 hectáreas cultivadas el pasado año a las cerca de 3.000 que los agricultores han destinado este año a la remolacha. Aunque las cifras definitivas no se conocerán hasta el 10 de mayo cuando finaliza el plazo para solicitar las ayudas de la PAC, García adelantó que, en la Azucarera de Toro, la caída de la siembra "será importante" y se reducirá notablemente la superficie dedicada al cultivo de remolacha.

El origen de esta reducción, como reiteró el responsable del sector de COAG, es el menor precio que ha ofertado Azucarera por tonelada de raíz y el nuevo modelo de contratación que aplicará, factores que "han desanimado" a muchos agricultores a la hora de mantener el cultivo por la escasa rentabilidad que obtendrían. No obstante, otros cultivadores han optado por seguir sembrando remolacha que durante la próxima campaña no entregarán en la Azucarera de Toro sino que trasvasarán a ACOR porque, aunque el coste del transporte será más elevado, obtendrán un mayor beneficio.

De hecho, la cooperativa anunció ayer que, para la campaña de este año ya ha contratado 13.067 hectáreas de remolacha, lo que supone un 34% más de superficie en comparación con el pasado año, cuando en sus instalaciones los cultivadores entregaron la raíz procedente de 10.393 hectáreas. Según los datos que baraja ACOR ya ha finalizado la campaña de siembra de remolacha aunque el cultivo presenta diferentes estados de desarrollo. Así, las siembras tempranas se encuentran, en general, en un estado vegetativo adecuado, si bien en determinadas zonas del sur de Valladolid y Segovia el cultivo ha sufrido los efectos de las heladas tardías, lo que ha obligado a un elevado número de agricultores a volver a sembrar sus parcelas.