A. B.

La revolución contra el cambio climático que ha comenzado a ocupar el centro de las principales ciudades del mundo cada viernes ha llegado también a Toro.

El de ayer era el primer viernes verde para esta ciudad y fueron poquitas las personas que se concentraron frente al instituto Pardo Tavera: seis pioneros, un grupo de amigos concienciados por el peligro que supone esta amenaza para el género humano y todas las especies que decidieron dar el primer paso adelante y salir a la calle. "Si no nos movemos, si la gente no sale a la calle, los políticos no van a hacer nada", explicaba una de las promotoras de la iniciativa.

Con esa intención, se plantaron frente al centro de Educación Secundaria con pancartas para informar a los estudiantes y a todos los peatones que pasaban por la zona de la necesidad de dar un vuelco al sistema en todos los aspectos: la agricultura, la economía y hasta nuestra forma de hacer la compra: "Igual que se han dejado de dar bolsas de plástico, es necesario que rechacemos las bandejas en el supermercado, que no compremos botellas de agua y bebamos agua del grifo, no podemos llenar el mundo de plásticos", detallaban a quienes se interesaban por su causa. Para explicarlo mejor, los seis toresanos repartieron copias del famoso discurso pronunciado por la niña sueca Greta Thunberg ante las Naciones Unidas.

Todos ellos están decididos a regresar el viernes que viene al mismo lugar, de 12 a 13 horas, y pretenden cada semana que se les una más gente, si la acción de ayer sirvió para algo. Ellos han dado el primer paso adelante pero el propósito es remover conciencias y sumar apoyos hasta cambiar el mundo. "En toda España los jóvenes se suman a la huelga climática de los viernes, y en Toro no debemos ser menos. Además, si nos manifestamos aquí y no en Zamora estamos ahorrando al planeta la contaminación que produciría nuestro vehículo en esos 70 kiómetros de ida y vuelta", recordaban los activistas. Toda acción es poca para revertir la situación, "nos quedan diez años, es muy poco tiempo", alertaba una de ellas, Esther, que resumía la situación en una frase: "Tu casa se está quemando, ¿qué piensas hacer?".