Transmitir algunas de las singularidades y actos peculiares de la Semana Santa de Toro a los futuros cofrades. Con este objetivo, la Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad abrió ayer las puertas de su sede durante la Semana de Pasión, la iglesia del Santo Sepulcro, para mostrar a cerca de un centenar de alumnos del colegio Amor de Dios de Toro sus tallas procesionales ya preparadas para desfilar y algunos elementos característicos de los actos que organiza. El presidente de la hermandad, Agustín Arias, acompañado por el cofrade Mario González, fueron los encargados de guiar a los niños y jóvenes en este recorrido didáctico por algunas de las peculiaridades más significativas de la Pasión y que, en algunos casos, forman parte de la historia de la hermandad, tales como el emotivo y solemne juramento del Silencio previo al vía crucis procesional que se celebra en la noche del Miércoles Santo o el rezo y canto de las "Cinco llagas".

Durante esta visita, los alumnos del colegio Amor de Dios de Toro, agrupados por cursos, también pudieron conocer que el sonido de la trompeta marca las paradas del vía crucis procesional en cada una de las estaciones o el ritmo característico que en los desfiles imprime el bombo, sonidos que los más atrevidos pudieron emular con los instrumentos que les facilitó la hermandad. El recorrido guiado también permitió a los estudiantes conocer el repique o "toque a muerto" de una campana de grandes dimensiones con la que procesiona la hermandad y que rompe el silencio de los desfiles y mostraron especial curiosidad por un Cristo articulado y la movilidad de sus extremidades.

Del mismo modo, los alumnos del Amor de Dios pudieron descubrir otras singularidades propias de la Pasión toresana como el tradicional intercambio de bastones entre el abad mayor de la cofradía y el alcalde de la ciudad o que, desde hace dos años, la hermandad incorporó a sus desfiles procesionales la cruz de los difuntos en la que se insertan pequeñas placas en homenaje a los cofrades que fallecen. La Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad calificó la iniciativa como "muy enriquecedora", sobre todo por el interés mostrado por los niños y jóvenes que participaron y porque sirvió para transmitir a las nuevas generaciones algunas de las singularidades propias de la Semana Santa de Toro, actos que, en muchos casos, no forman parte de los desfiles, pero que constituyen la verdadera esencia de la celebración.