J.A. García

El ex director de la Banda de Música La Lira, Jesús de la Sota Calvo, tributó anoche a la ciudad de Toro y a sus gentes una clase magistral a través de un pregón de la Semana Santa, pronunciado en La Colegiata, que fue todo un magisterio de enseñanza, de recuerdos propios y de repaso histórico. No en vano De la Sota es un hombre "creyente", organista y empapado de los actos sobresalientes de Toro, cuyas celebraciones y acontecimientos realzó con su protagonismo y colaboración.

"Es inevitable, por mi profesión y por mi pasión, que este pregón trate sobre la Música en la Semana Santa de Toro" manifestó, dejando claro desde el primer momento su vinculación a las esencias de la Pasión.

Para Jesús de la Sota "es evidente que la música realza cualquier ceremonia, acto, expresión cultural y religiosa, ensalza y llena de sentimiento cualquier momento de celebración, íntimo y colectivo". Añadió que "en nuestra Semana Santa toresana, lo vivimos cada año, música vocal e instrumental que nos ayuda a vivir la Pasión estos días".

Retrocedió a su pasado para señalar que "el primer recuerdo de mi primer Semana Santa en Toro, en el año 1979, fue escuchar las cinco Llagas en el Sepulcro, cantadas por Carmen Pinto (la Riesga) y acompañadas al armónium por Antonio Casares". Según dijo, "me impresionó ese canto hermoso y a la vez me sorprendió mucho, pues yo venía de un lugar donde la Semana Santa se celebra de manera mucho más sencilla que en tierras zamoranas". Señaló que "este canto de solista, con respuesta devota del pueblo, tan hondo, con tanta fuerza, hace que se detenga el tiempo". De la Sota dejó claro que su relación con la Semana Santa toresana "ha sido principalmente a través de la Banda de Música", un colectivo que por las fechas de su nacimiento, en 1880, "sin director oficial", era dirigida por uno de los músicos. Este grupo musical "acompañaba los pasos de Jesús Nazareno, La Soledad, La Desnudez (conocido como Rodapelo), La Verónica y el Cristo al expiar". Tuvo un recuerdo para Lorenzo Casares y Salvador Casares que fueron los dos primeros directores.

Subrayó que "las procesiones de los primeros años del siglo XX eran amenizadas con marchas fúnebres", luego reparó en que "la preparación y ensayos" de la Banda de Música en las semanas de Pasión de 1912 a 1918 "corrió a cargo de Félix Alonso Casares, a quien sustituyó Ciriaco Casares Hernández, que estuvo al frente hasta 1935, y que hizo famoso el Miserere, y a quien tomó el testigo Antonio Casares. Siguiendo con la trayectoria, el pregonero recordó que "el primer director que ocupó como titular la plaza de director de Bandas de Música Civiles, y que creó el Ayuntamiento en 1955, fue Rogelio Gil García, que "por su origen del sur dio a nuestras procesiones un sabor andaluz, que se mezclaba con la sobriedad castellano-leonesa". La dirección de la Banda pasó en el año 1963 a Antonio Amigo Ramos, "y actuó en todas las Semanas Santas con marchas de autores de distintas nacionalidades y sensibilidades". Le siguieron al mando "el doctor y músico Luis Novo y Merce Oncala".

Fue el 1 de febrero de 1979 cuando "tomé posesión como director de la Banda de Música, actuando, como no, en todas las Semanas Santas de Toro hasta mi jubilación". Puso de manifiesto que, "al igual que mis antecesores, intenté dar el máximo realce a nuestras procesiones". De la Sota aludió a su estancia en Ceuta, "en el mundo militar", para empeñarse "en que la Banda desfilara con absoluta perfección" para lo que, según dijo, "practicábamos en los jardines de Allende marcando el paso con el ritmo del ostinatto de la caja y bajo la atenta mirada de las moreras". Habló de "innovación, incorporando músicas que eran para mí recuerdos inolvidables de las procesiones andaluzas en las que había participado como músico". Entre otras, "de una marcha fúnebre, Saeta, de la que soy autor". La legionaria marcha del Novio de la Muerte dice que "producía en mí un efecto tan impresionante que quise incorporarla al repertorio de las marchas de la Semana Santa". Tocada en el año 1981, con ciertos temores, tuvo en el pueblo toresano "una reacción tan positiva, gustó tanto, que en los años sucesivos nunca pudo faltar El Novio en los Viernes Santos".

El pregonero prosiguió desgranando la historia y puso a los asistentes al corriente de que "al pasar los años las Cofradías han podido ir contratando varias Bandas de Música para cada paso, porque la música hace que sea más liviano para los costaleros".

De la Sota aseguró que "si algo distingue nuestra Semana Santa, además de la calidad de los grupos escultóricos e imágenes, es la conjunción tan formidable que forman la estética y el sonido mezclados en momentos inolvidables". Señaló que "siempre se elegía la Semana Santa para el estreno de los músicos que dejaban de ser educandos. Era como un premio que todos anhelaban".

Afirmó que "la música impregna e identifica cada día". Al respecto precisó que "los cánticos de Hosannas y los cánticos al Santísimo Cristo de la Misericordia en el domingo de Ramos; la noche del Lunes Santo cuando el bombardino llora una música sincera y emocionante a los pies del Santísimo Cristo del Amparo; en Miércoles Santo las voces van desgranando su música en cada una de las catorce estaciones del Viacrucis. La procesión del Silencio concluye en La Colegiata con el apoteósico canto de Las Llagas; el Domingo de Ramos los acordes dramáticos dan paso a las tonalidades alegres y melodías jubilosas".

Agradeció el pregonero la gran labor llevada a cabo "por todas las Bandas que han pasado por aquí", y reparó "en el frío y el cansancio" que suponen las largas horas de desfile "que siempre suplían con entusiasmo y amor a la música".

Cerró su elocuente y aplaudido pregón señalando que "uno nunca se puede jubilar de su amor a la música, igual que no se puede jubilar de la fe que le ha acompañado toda su vida", e hizo un llamamiento "para celebrar estos días la Pasión y Resurrección de Cristo con una banda sonora que nos llenará el corazón".

Durante el acto se hizo entrega del "cofrade de honor, los premios de los concursos de dibujo infantil y fotografía y se contó con la animación musicial de "Brass Style".