El Real Convento de Santa Clara acogió ayer la tradicional fiesta del Santo Ecce Homo en la que participaron numerosos toresanos, así como responsables y hermanos de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de las Campanilla. El párroco, José Luis Miranda, fue el encargado de oficiar la solemne eucaristía, con la que se cerró la novena en honor del Santo Ecce Homo que, cada año, organizan las religiosas que habitan el monasterio toresano.

La venerada imagen presidió la eucaristía desde el altar mayor de la iglesia del convento, lo que permitió que cofrades y toresanos pudieran renovar la especial devoción que sienten hacia el Santo Ecce Homo. A la eucaristía asistieron los miembros de la junta rectora y administrativa de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla porque, como recordó su presidente, José Manuel de la Fuente, la hermandad mantiene una "especial relación" con las monjas del convento que, cada año, ceden la imagen para que pueda procesionar por las calles de la ciudad en la mañana del Viernes Santo.

Recordó De la Fuente que el Santo Ecce Homo es la única imagen de la antigua procesión de Jesús Nazareno que se salvó del trágico incendio que, el 13 de abril de 1957, arrasó la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina y las valiosas tallas que albergaba en su interior, porque no había sido trasladada al templo desde el convento para procesionar. Por este motivo y por su incalculable valor, cofrades y toresanos sienten una especial devoción por esta imagen.