En agosto de 1619 un grupo de toresanos, reunidos en la iglesia de Santo Tomás, decidieron fundar una hermandad para honrar y encomendarse al Santísimo Ángel de la Guarda. La institución ha pervivido hasta la actualidad vinculada a este céntrico templo donde descansa una imagen del protector.

Cuatro siglos después, alrededor de 60 vecinos aún guardan devoción a este ángel que es, además, patrón de la Policía Local de Toro. La festividad se celebraba ayer, con unas jornadas de adelanto para evitar su coincidencia con el Carnaval.

Para los agentes de la Policía Local, la fiesta del Ángel de 2019 venía marcada por la despedida de cinco compañeros que se jubilan. El cambio legislativo que adelanta a los 59 la edad de retiro para los policías locales de toda España ha motivado que la ciudad de Toro pierda, de golpe, cerca de un tercio de la plantilla de Policía Local, que estaba compuesta por 16 personas, según informa el concejal de Seguridad Ciudadana, Samuel Bonis.

Los cinco policías que llegan a su merecido descanso son Lorenzo de Mena García, Luis Vázquez Vasallo, Julio Vaquero Gitrama, Pedro López Rodríguez y Jesús de la Iglesia Vecino. Todos recibieron una placa de agradecimiento por sus años de dedicación que les fue entregada por el alcalde, Tomás del Bien. El agente Alejandro Fernández Pérez, por su parte, recibió una medalla a la constancia por sus 25 años en la Policía Local de Toro.

Tras un vino español, los policías participaron en la misa en honor al patrón en la iglesia de Santo Tomás y lo escoltaron en la posterior procesión por las calles de la ciudad. Después de los actos religiosos, los cuatro abades de la Hermandad del Santísimo Ángel de la Guarda invitaron a todos a un refresco. En el cuarto centenario de la hermandad, este honor se ha reservado a los cuatro hermanos más veteranos: Fernando, Miguel, Vicente y Ángel.