Las farolas de la plaza de Santa Clara. Este ha sido el último objetivo de los vándalos que han actuado de nuevo en Toro, obligando al Ayuntamiento a reponer el material sustraído y a sufragar su coste. La concejala de Obras, Ruth Martín, destacó que los últimos actos vandálicos perpetrados esta semana y en horario nocturno han consistido en el robo de las luminarias de tres farolas de Santa Clara, aunque en los últimos días, los vándalos también han destrozado un banco de la plaza de la Paja, daños a los que hay que sumar otros registrados recientemente como la rotura de papeleras o de señales de tráfico. En la plaza de Santa Clara, como explicó la concejala, será preciso reponer las lámparas sustraídas de las farolas, que serán sustituidas por otras de bajo consumo, aunque el Ayuntamiento también tratará de colocar alguna red o malla antivandálica como medida disuasoria para intentar que no sean de nuevo robadas o que resulten dañadas.

En el marco de esta actuación, la concejalía de Obras también tiene previsto reponer una luminaria desaparecida desde hace años y adquirirá un nuevo báculo para que todas las farolas "estén en línea y debidamente colocadas". Aunque se desconoce la identidad de los autores de los últimos actos vandálicos, Martín resaltó que "entendemos que son totalmente intencionados", porque si se tratara de un accidente, como en el caso de las señales de tráfico, "se podría dar parte al seguro para que se hiciera cargo de los daños". Por otra parte, aunque Martín reiteró que se desconoce la identidad de los autores del robo de las luminarias, también incidió en que la plaza de Santa Clara, al igual que otra zona en la que se han registrado actos similares, en alusión al mirador de la Magdalena, son espacios públicos en los que, en determinadas épocas del año, "tenemos constancia de que se celebran botellones". El equipo de Gobierno ha condenado estos actos vandálicos que "rechazamos rotundamente", aunque también precisó que "nos causan sorpresa" porque los ciudadanos "atentan contra sí mismos, ya que los desperfectos en el mobiliario urbano los pagamos todos con nuestros impuestos" y suponen un elevado gasto para las arcas municipales.