Este colapso poblacional que ha sufrido los pueblos del alfoz desde el año 1950 contrasta severamente con la evolución que ha sufrido el país en su conjunto desde dicha década. A principios de 1950, el Estado español contaba con poco más de 28 millones de habitantes. Actualmente la cifra se ha duplicado hasta los 46,5 millones. Una evolución que choca de pleno con la evolución seguida por el campo zamorano.

Sin embargo, esta situación no carece de lógica. Ya que durante la época comprendida entre 1950 y 1981 se produjo un éxodo rural del campo a la ciudad. La causas de dicho trasvase poblacional no difieren en exceso de las que actualmente están provocando que muchos municipios estén dando sus últimos estertores: la ausencia de trabajo. Durante aquel periodo se produjeron descompensaciones regionales que conllevaron que Madrid ganara casi tres millones de habitantes y Barcelona más de dos multiplicado su población de entonces.

Los pueblos del alfoz más perjudicados por esta inmigración interregional son los siguientes: Vezdemarbán, que pasó de 2.192 residentes en 1950 a los 383 actuales; Pinilla de Toro, de 1.109 a 226; Villalube, de 839 a 158; Bustillo del Oro, de 760 a 85; y Malva de 862 a 131. Contrariamente, Matilla la Seca -que pasó de 174 habitantes en los años 50 a los 41 actuales- ha sido el municipio de la comarca que menos habitantes, en términos absolutos, ha perdido con el paso de las décadas.