Enero, heraldo de infortunios para la provincia de Zamora. Cada primera mensualidad del año, el instituto Nacional de Estadísticas (INE) cimbrea a estas tierras con los datos de población, los cuales revelan durante los prolegómenos del curso una imagen cada vez más tétrica de la involución que está experimentando el padrón municipal de las diferentes localidades que conforman nuestra provincia. La pasada semana, LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA publicó una radiografía poblacional de la ciudad de Toro desde el inicio de la crisis económica, que comenzó en el año 2008 coincidiendo con el estallido de la burbuja inmobiliaria en España. Las conclusiones de dicho análisis eran claras: Toro ha perdido el 10% de su población en la última década, pasando de 9.850 vecinos a los 8.789 actuales. Sin embargo, Toro es solo una hemorragia más de esta sangría poblacional generalizada. Ahora ha de dirigirse la mirada hacía el resto del alfoz, donde muchos pueblos luchan por no desaparecer.

La comarca de Toro cerró el año 2018 con 11.783 habitantes, lo que se traduce en un descenso poblacional de 228 personas. Durante el último ejercicio, la región ha visto mermar su padrón en casi un 2% respecto a 2017, un ritmo idéntico a la capital del alfoz. En términos anuales, las cifras no parecen excesivamente alarmantes; sin embargo, este constante goteo (de pocos centenares de residentes) se vuelve más alarmante cuando las estadísticas se contrastan con los guarismos registrados en el pasado. En esta ocasión, las cifras del año 2000 y de 1950 servirán como referente para conocer la situación real, en términos poblacionales, a las que se enfrentan las administraciones locales.

Los diferentes pueblos que conforman el alfoz toresano, incluyendo la capital del mismo, han perdido un 15% de sus residentes desde el año 2000, lo que se traduce en 2.020 personas menos. Un porcentaje que se dispara hasta el 49% cuando comparamos el padrón actual con el de los pueblos toresanos en 1950, cuando los diferentes municipios de la región sumaban 22.888 habitantes en su conjunto. Es decir, desde 1950 la actual comarca de Toro ha perdido a uno de cada dos habitantes.

En cuestiones demográficas este 2018 nos ha dejado algunos otros datos interesantes. Y es que algunos pueblos del alfoz han registrado aumento de la población. Este es el caso de Morales de Toro, Villardondiego y Peleagonzalo, que entre los tres han sumado 40 nuevos residentes en sus censos municipales.