El periodo de estiaje hace referencia al nivel de caudal mínimo que alcanza un río en algunas épocas del año, principalmente por la ausencia de lluvias. Durante los meses de otoño e invierno Toro vive su particular estiaje laboral. Como ya es de sobra conocido, el final de la vendimia y la llegada del frío conllevan una importante pérdida de empleos creados a raíz del turismo y la recogida de la uva. Desde octubre hasta la llegada de la primavera el paro crece y la afiliación a la Seguridad Social se desploma.

Continuando con la metáfora fluvial, se ha de aclarar que el caudal de trabajo solo sufre disminuciones abruptas durante el décimo mes del año, llegado a perder 300 cotizantes e incrementando el número de parados hasta en un 20%, como ocurrió este curso. Los meses que siguen a octubre continúan drenando el torrente laboral, pero de forma más moderada. Buena cuenta de ello dan los datos de desempleo y afiliación a la seguridad social ofrecidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y el Ministerio de Trabajo. De acuerdo con dichos datos, el pasado mes de noviembre el número de parados en Toro ascendió hasta las 629 personas (apenas un 1% más que la treintena anterior) y el número de cotizantes decreció hasta los 3.162 trabajadores (solamente 25 personas menos que en octubre).

Dado que las cifras intermensuales apenas han variado, resulta mucho más interesante confrontar los datos de noviembre de 2018 y 2017. En la parcela del desempleo la ciudad ha experimentado una mejora interesante respecto al pasado año, cuando los datos registraron 724 parados, 95 más que en la actualidad. En tan solo un ejercicio, Toro presenta casi un 15% menos desempleo. Los trabajadores del sector servicios, con un 22% menos de paro que en noviembre de 2017, han sido los más beneficiados por el aumento en la oferta de empleo.

Por otro lado, y a diferencia de como sí ocurre con el paro, las cifras de afiliación a la Seguridad Social apenas varían entre los meses de noviembre de 2017 (3.131 cotizantes) y 2018 (3.139 cotizantes). Solo los datos del sector agrícola reflejan diferencias significativas, que se traducen en un descenso de casi el 18% en el número de trabajadores entre noviembre del pasado año (96) y la misma mensualidad durante este curso (79). Esta divergencia, tampoco excesivamente reveladora, podría encontrar respuesta en el retraso de la vendimia que se vivió durante la campaña de 2017 (afectada por la sequía); no obstante, este año las intensas lluvias de verano han producido un efecto similar y la cosecha de la uva se ha vuelto a retrasar más de lo habitual.

En definitiva, noviembre ha sido un mal mes para el mercado laboral de Toro con subida del desempleo y pérdida de afiliados. A pesar de ello, 2018, en términos laborales, está dejando cifras que no se veían hace muchos años. El desempleo (629) ha alcanzado sus guarismos más positivos en lo que llevamos de década y en algunas ocasiones -como con los 521 parados en septiembre- registrando cifras no vistas desde antes de la crisis económica. Los datos de afiliación (3.139), por el contrario, todavía están lejos de años como el 2011, cuando por estas fechas registraban cerca de 3.500 trabajadores.