Azucarera aplicará un recorte de 6,5 euros en el precio de la tonelada de remolacha la próxima campaña, lo que supone una rebaja aproximada del 20% respecto al precio actual recogido en el Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) y fijado en 42 euros hasta el 2020. Responsables de Azucarera comunicaron ayer esta medida a los representantes de los cultivadores en la reunión de la Mesa Nacional de Seguimiento del AMI celebrada en Madrid, medida que la multinacional justificó en la "profunda caída de los precios del azúcar" y la necesidad de preservar la continuidad de un "sector estratégico en el entorno rural", así como de garantizar el futuro del cultivo y la sostenibilidad de la industria azucarera.

La medida adoptada por la empresa responde, como expusieron sus responsables, a que desde la desaparición de las cuotas de producción europeas en septiembre del pasado año, el precio por tonelada de azúcar ha caído un 29% hasta los 350 euros, "el nivel más bajo en la serie histórica", generando una "importante crisis en el mercado", no solo en España sino a nivel europeo. De hecho, Azucarera acumula unas pérdidas de 30 millones de euros en los últimos cinco años y para el presente ejercicio prevé un resultado negativo de otros 40 millones de euros en su cuenta de resultados. A pesar de la complicada situación del mercado del azúcar, la industria aclaró que seguirá apostado por el sector y que, de la inversión de 155 millones comprometida para los años 2012-2022, ya ha invertido 86 y faltan de ejecutar otros 69 millones adicionales.

La medida adoptada por Azucarera conlleva que, a partir de la próxima campaña 2019/2020 el agricultor recibirá un ingreso de 26 euros por tonelada de remolacha, al que hay que sumar las ayudas regionales aplicables y un complemento vinculado al precio del azúcar que será negociado con las organizaciones agrarias, al objeto de que el cultivo pueda mantener su rentabilidad. A modo de ejemplo, la multinacional destacó que un agricultor que obtenga unos rendimientos de 100 toneladas de remolacha por hectárea, obtendría unos ingresos de 2.600 euros por hectárea, beneficio al que hay que sumar la ayuda nacional y otra agroambiental, por lo que el nivel de ingresos rondaría los 3.600 euros por hectárea en la zona norte. Del mismo modo precisó que, si el coste medio de producción de remolacha es de 2.500 euros por hectárea, "el margen es superior a los 1.000 euros por hectárea", beneficio que, a juicio de la industria, confirma que, a pesar de los "precios deprimidos del azúcar", la remolacha sigue siendo un cultivo rentable incluso sin el complemento que se aplicaría una vez que se recupere el precio. En este punto, Azucarera subrayó que el propósito de la medida de reducir el precio que abonará a partir de la próxima campaña es conseguir una mayor integración con el agricultor, "que podrá participar de unos mayores beneficios, una vez comience a recuperarse el precio del azúcar", aunque también matizó que ofrecerá modelos que garantizarán la rentabilidad y minimizarán los riesgos para el cultivador. El consejero delegado de Azucarera, Juan Luis Rivero, se refirió ayer a la medida adoptada por la compañía y subrayó que "está en juego la viabilidad de un sector que emplea a más de 4.000 personas", entre trabajadores de las fábricas y agricultores de toda España. En la misma línea, Salomé Santos, directora del área agrícola de Azucarera, remarcó que la situación actual del sector "es coyuntural" y que, aunque los precios del azúcar han caído notablemente "volverán a subir y el agricultor podrá ser partícipe de mayores beneficios una vez se recuperen".