La Azucarera de Toro iniciará la campaña remolachera el próximo martes, al igual que la de Miranda de Ebro, mientras que la apertura de la fábrica de La Bañeza por el momento no ha sido concretada. Este es el acuerdo adoptado por la empresa y las organizaciones agrarias sobre el inicio de la campaña en la zona norte, tras analizar el estado de madurez de la remolacha y las condiciones meteorológicas. La compañía, de acuerdo al periodo vegetativo en el que se encuentra la raíz, ha realizado una estimación de aforo de aproximadamente 1.500.000 toneladas, de las que cerca de 650.000 se entregarán en la fábrica toresana, casi 100.000 menos que en la temporada anterior. Esta merma en la producción tiene su origen en las enfermedades que han afectado a la hoja de la remolacha, tales como la cercospora o la ramularia, aunque la cosecha final dependerá de las condiciones meteorológicas que se registren durante el otoño y el invierno, pero en principio los rendimientos por hectárea no superarán las 100 toneladas.

Ante la incidencia de las enfermedades foliares, Azucarera manifestó ayer su compromiso de desarrollar técnicas que permitan controlarlas, mediante el asesoramiento de los equipos técnicos de las fábricas y reforzando la investigación agronómica. A pesar del retraso en la siembra por las lluvias registradas en primavera, la compañía matizó ayer que "la remolacha ha evolucionado correctamente y que las expectativas de rendimientos y calidad son razonablemente optimistas".