La tierra del vino celebra durante estos días la festividad más emblemática y representativa del acervo histórico de Toro: la Fiesta de la Vendimia. Durante las jornadas de celebración, las rúas del municipio zamorano se encuentran abarrotadas por vecinos y visitantes que disfrutan con la multitud de eventos que presenta el profuso programa de actividades. La hiperactividad es una constante, y al propio bullicio de la muchedumbre, trasegando de acá para allá, se le suma la presencia abigarrada, estrambótica y desbordante del Mercado Medieval. Todo ello, regado por abundante vino de las bodegas locales, convierte al festejo local en un oxímoron constante, como si de un pandemónium ordenado se tratase.

La jornada de ayer comenzó marcada por el buen tiempo. La meteorología regaló un día con temperaturas medias por encima de los veinte grados hasta el anochecer, un vestigio estival de un verano que cuando parecía haberse ido regresa con una bocanada de inusitado calor. El primero de los muchos actos del día fue el XXIII Certamen de Pintura Rápida Vendimia 2018, en el que los diferentes artistas participantes compitieron por lograr el cuadro que compilara de la forma más precisa la esencia de Toro y su cultura. Por la tarde, los cuadros fueron expuestos en la Plaza Mayor del municipio mientras el jurado deliberaba. Finalmente, el artista leonés Vicente soto se hizo con el primer premio -valorado en 1.600 euros y un estuche de vino-; el pódium ganador lo completaron el también leonés Gonzalo Prieto -cuyo premio ascendió a 1.000 euros y un estuche de vino- y el autor gijonés Diego Fernández -cuya obra fue galardonada con 700 euros y un estuche de vino-.

Junto con el fallo pictórico, el Ayuntamiento dio a conocer los ganadores de los certámenes de pintura y literatura. En el primero de los concursos, los jóvenesgalardonados fueron Marta Velázquez y David Olalla en la categoría A y Alejandro Tejeda y Raquel Rodríguez en la categoría B. En el caso del certamen de Dibujo, el jurado reconoció a Lucas Redondo y Luis Víctor en la categoría A y Rubén Alonso en la categoría B.

El resto de la mañana se circunscribió sobre todo alrededor del Mercado Medieval instalado en la zona histórica de Toro.

A pesar de representar los tiempos del Medievo, es el adjetivo barroco el que mejor describe su sobrecargada estética: oriflamas, banderas, estandartes y pendones de distintos colores y con diferentes motivos sazonan los diferentes puestos y casetas a derecha e izquierda de las calles adyacentes a la Colegiata y la Plaza Mayor. Pasacalles, zancudos, malabaristas, acróbatas, músicos y bufones dotan de contexto al zoco, abordan a los viandantes y se desenvuelven con socarronería y habilidad en sus interpretaciones. Como cada año, el mercado oferta multitud de productos para el consumo de los asistentes: comida, amuletos, "elixires", ungüentos, juegos tradicionales, piezas de orfebrería, etc.

Como no podía ser de otra manera, el vino estuvo muy presente durante toda la jornada del sábado. Ya desde la mañana el Liceo del Teatro Latorre acogió la Cata de Vino Vendimia 2018, dirigida por Carlos Gallego, técnico de la Denominación de Origen Toro. Al evento acudieron medio centenar de personas, las cuales, guiadas por el experto en caldos de la tierra, conocieron los diferentes rasgos que caracterizan a la última remesa de las bodegas locales.

Por la tarde el producto de la tierra regresó al Liceo del Teatro Latorre con el IX Concurso Comarcal de vinos caseros "Premios Lagarejo". El certamen se dividió en dos categorías: vinos con barrica y vinos sin barrica. Los concursantes aportaron una botella de sus elaboraciones amateur. El fallo del jurado, que designará tres primeros clasificados en cada modalidad, se conocerá hoy una vez finalizado el desfile de carros. Los ganadores recibirán una placa conmemorativa y un estuche de vino y queso. Por otro lado, Oscar Díez ofreció el taller de coctelería "Wine Mixology" en el Palacio de los Condes de Requena.

Pero no solo el vino y el Mercado Medieval protagonizaron los actos de la jornada de ayer. Jóvenes y mayores disfrutaron con otros muchos eventos de diferente índole. Uno de los actos que más se repitieron a lo largo de todo el día fue las exhibiciones de cetrería (la técnica relacionada con la cría, el amaestramiento y el cuidado de aves rapaces para emplearlas en la caza). Los pequeños disfrutaron con actividades directamente destinadas para ellos como los cuentacuentos, la práctica del Tiro con Arco o el desfile de moda infantil "Carla Rubio" que se desarrolló en la Plaza Mayor.