Incidiendo en la cuestión pecuniaria, Alonso afirma que "es casi inviable que se replanteen pagar más a los jornaleros, que se trata de una cuestión temporal, cuando tenemos parada la negociación del convenio del vino y tratándose de una patronal que no tiene capacidad de reacción; si vemos algún cambio será de cara al próximo año".

El convenio colectivo provincial de la vid, cervezas y bebidas alcohólicas, según informa CC OO, se encuentra enquistado desde el pasado enero, cuando debía a ver sido renovado y renegociado por parte de la patronal y los sindicatos. El salario de los trabajadores, especialmente de los jóvenes que se incorporan a las empresas bodegueras, es el principal caballo de batalla de la negociación.

Los trabajadores del vino tienen un contrato regido por la antigüedad, de forma que cada trienio el sueldo se incrementa una cantidad estipulada en el convenio. Este acuerdo permite que los trabajadores que más tiempo llevan en la empresa dispongan de un "salario curioso", en palabras de Raúl Alonso. Diferente es el caso de los nuevos trabajadores, que se incorporan a las empresas vinícolas cobrando un sueldo de 800 euros al mes. "Esta cantidad hace que los jóvenes de Toro dejen estos trabajos en cuanto les sale un puesto mejor remunerado, generalmente fuera", detalla el responsable de Industria de CC OO Zamora.

Según informan los sindicatos, esta problemática es conocida y compartida por la patronal, que actualmente mantiene una postura cercana a aceptar los 1.000 euros de sueldo base que exigen los colectivos de trabajadores. No obstante, todavía se encuentran muy lejos de mantener los trienios acordados en el último convenio colectivo. CC OO Zamora afirma que la intención de las industrias bodegueras es la de eliminar o congelar esas subidas de sueldo cada tres años en los trabajadores más antiguos, una cuestión que desde el sindicato consideran "inaceptable y jurídicamente imposible porque produciría una situación de doble escala salarial".

Patronal y sindicatos no se reúnen desde la pasada primavera, pero por el momento las movilizaciones o los parones "no son una opción", aclara Raúl Alonso. "La patronal tiene claro que tiene un problema, en una década la inmensa mayoría de sus trabajadores estará jubilada y están perdiendo a las nuevas generaciones por negarse a renovar el convenio".

El representante de UGT lamenta "la falta de predisposición de la patronal para solucionar esta cuestión, aduciendo en numerosas ocasiones problemas de agenda para reunirse". Ángel Lobo considera que "es un sector que goza de muy buena salud y que no tiene excusa para no firmar las reclamaciones de los trabajadores de las bodegas".