La demanda de empleo para la vendimia sufre una intensa evolución respecto a campañas pasadas. Bodegas y empresas de servicios dedicadas a la recolección de la uva están encontrando dificultades a la hora de contratar jornaleros, cuya proporción en algunas partes de la comarca se ha reducido un 50% respecto al curso pasado. La situación, sin llegar a ser alarmante ni poner en peligro la cosecha total de la uva, es especialmente chocante teniendo en cuenta que este año se espera una campaña bastante superior a la del 2017, lastrada por la sequía y las heladas.

No hay una sola causa que explique la problemática, sino que la respuesta se encuentra en un cúmulo de situaciones que han desprovisto de trabajadores a los viñedos de la zona. En primer lugar el retraso de la vendimia, consecuencia de las intensas precipitaciones en primavera y los chubascos registrados durante la última semana de junio y la primera de julio, ha hecho coincidir el proceso de recolección de la uva con la recogida de otros productos estacionales como la fresa o la patata, de forma que gran parte de los temporeros se encuentran ocupados. El regreso de los inmigrantes (especialmente los nacidos en Rumanía), principal mano de obra de los viñedos, a su país de origen (Toro ha perdido un 22% de su población en el último lustro y Morales el 50% en los últimos ocho años) también está afectado a las empresas vitivinícolas durante la vendimia. Por último, las largas y exigentes jornadas de trabajo, unidas al exiguo sueldo que perciben los jornaleros, hace que muchos trabajadores desechen participar en la cosecha de los viñedos.

Patronal y sindicatos divergen a la hora de señalar la causa principal de la ausencia de mano de obra. Mientras que las bodegas señalan a la cosecha tardía y el solapamiento con otros productos agrícolas (patata o fresa), los sindicatos denuncian los bajos sueldos como la raíz del problema.

Para Luis Segovia, alcalde de Morales de Toro y regente de la empresa de servicios "Gorreta", la situación está clara: "Los españoles no quieren ir al campo, prefieren quedarse en la cama y que el Gobierno les de 420 euros por no hacer nada. Es un desastre que la administración ofrezca subvenciones a personas que se niegan a ir a la vendimia o a recoger patatas".

El peso de los inmigrantes

En cuanto a los jornaleros de nacionalidad extranjera, Segovia detalla que la mayoría se encuentra en los viveros de fresas y frambuesas que empresas como "Planasa" o "Viveros California" han instalado en la zona de Monte la Reina.

Durante la pasada campaña Luis Segovia tuvo a su cargo un total de 35 personas trabajando en los viñedos. Este año, con 16 jornaleros, la cifra no alcanza ni la mitad y eso que para el presente curso se esperan recolectar cerca de 5 millones de kilos más en toda la Denominación de Origen. Preguntado por si incrementar el salario -entre 6 y 7 euros por hora según el propio alcalde de Morales- serviría de acicate para incrementar la demanda de trabajo, Segovia lo tiene claro: "Eso no sirve de nada. No se trata de hacer una oferta, sino de que ellos deben venir a pedir trabajo y a partir de ahí se puede negociar; si incrementas el salario haces un efecto llamada en el que puede venir gente que no sabe vendimiar y solo quiere el dinero".

Desde la Cooperativa Covitoro confirman que la ausencia de temporeros es palpable. Sin embargo, la industria bodeguera no achaca esta merma al jornal de los trabajadores del campo, sino que destacan diferentes motivaciones. Alfonso Garcés, gerente de la cooperativa, aduce que la principal causa de este déficit en la mano de obra responde al retraso de la cosecha: "Debido a la demora de la vendimia muchos jornaleros ya se encontraban ocupados en la recolección de otros cultivos -como el caso de la patata, que siempre exige mucha fuerza de trabajo- al inicio de la campaña". A pesar de ello, Covitoro destaca que la recogida de la uva no peligra debido a que este año "las intensas precipitaciones han dejado una maduración irregular que extenderá la vendimia durante todo un mes". Además, Garcés señala que "durante los últimos días el número de jornaleros se ha incrementado como consecuencia del fin de la campaña de la patata".

UGT y CC OO

La versión de las empresas vitivinícolas encuentra su contrapunto en las declaraciones ofrecidas a este diario por los sindicatos de UGT y CC OO. Las asociaciones de trabajadores coinciden en el que las campañas de recogida de otros cultivos están haciendo sombra a la uva, pero no por el retraso de esta, sino por los bajos sueldos que perciben los jornaleros en la vendimia.

Raúl Alonso, responsable de Industria en Comisiones Obreras, afirma que "evidentemente el problema es el dinero" y añade que "si en la vendimia pagaran más que otros trabajos de recolección no tendrían problemas de personal aunque las campañas de diferentes cultivos se solapen". En esta misma línea, Ángel Lobo, secretario de Industria y Trabajos Agrarios de la Unión General de Trabajadores, añade que "además del bajo salario que perciben los trabajadores", la causa del déficit de jornaleros se debe en gran parte "al rechazo que sufrieron los jóvenes estudiantes, una gran fuente de trabajo que las bodegas no quería porque preferían a los inmigrantes que aceptaban unas remuneraciones mucho más bajas".