Damián toma una curva a la izquierda y encara la recta principal del circuito de Cheste (Valencia), casi 900 metros a todo gas. Antes ha recorrido 4 kilómetros de circuito con cerca de una quincena de curvas, algunas tan famosas como la de la afición; ha frenado, ha levantado el pie, ha apurado la curva, se ha ido largo y hasta ha pasado algunos de sus compañeros con una buena maniobra por el interior. Ahora, se encuentra recorriendo casi un kilómetro en línea recta, el piloto se acomoda para mejorar su aerodinámica y el indicador señala 80 kilómetros por hora. No parece mucho, ¿no? Bueno, quizás sí ya que Damián tiene 6 años y se encuentra compitiendo en la Copa de España de Minivelocidad 2018.

Damián Alonso Druez es toresano, hijo de Alejandro y Verónica. Con tan solo 6 años ya ha participado en una de las pruebas más importantes del motociclismo infantil de todo el país. Algo sorprendente, aunque no para él que desde los 4 años, época en la que los demás ni siquiera soñábamos con los ruedines, si acaso con el triciclo, lleva montado encima de una moto. Su afición bebe de su padre, otro enamorado del mundo de las dos ruedas.

Precisamente, su progenitor relata una anécdota que ejemplifica la pasión de Damián por el mundo del motor: "Desde muy pequeño, cuando apenas casi sabía hablar, siempre que sus abuelos u otros familiares le daban la propina comentaba que la guardaría para comprar "su moto"". Actualmente, el joven motorista entrena tres días a la semana en la escuela de pilotos "Lorenzo Zamora", ubicada en Villamayor de Campos. Desde el 2017, con tan solo cinco años, Damián comenzó a introducirse en el mundo de las carreras dentro de la categoría de exhibición, una modalidad no competitiva en la que los menores de 6 años salen al circuito a dar vueltas y familiarizarse con las normas, las banderas y los horarios de las pruebas reglamentadas.

80 kilómetros por hora

La categoría preestablecida para el joven piloto es la de minimotos. Damián disputa sus carreras con una Polini, con motor de 4,2 centímetros cúbicos, unos 23 kilos de peso y ruedas de cinco pulgadas que puede alcanzar un máximo de 80 kilómetros por hora, siempre y cuando no se le realicen mejoras que aumenten su potencia. Asimismo, dispone de una pequeña motocross con la que practica en el circuito toresano de Valdecarros, a las afueras del casco urbano. Además de correr, el precoz piloto toresano colabora con su padre en las tareas de mantenimiento, limpieza y reparación.

Hasta el presente curso, Damián se limitaba a entrenaba tres veces por semana (martes, jueves y sábado) en la escuela de pilotos. No obstante, con los seis años recién cumplidos y su devoción por la competición -"es oír carreras y el muchacho ya está encantado", indica su progenitor- sus padres consideraron la oportunidad de participar en el campeonato de España de minivelocidad. "Se trata de una competición con una reglamentación exhaustiva, seria y en la que todos las motos parten en igualdad de condiciones, sin trampa ni cartón; allí el que corre es porque sabe manejar su máquina", señala el padre del menor.

La prueba nacional, que se celebró entre abril y septiembre del presente curso, contó con cuatro carreras en diferentes puntos de la geografía española: Tubilla de Lago (Burgos), Campillos (Málaga), Zuera (Zaragoza) y Cheste (Valencia). La puntuación acumulada en los cuatro circuitos es la que establece la clasificación de los 40 participantes, chavales comprendidos entre los 6 y los 10 años de edad.

Tras esta primera incursión en la competición oficial, y peleando contra pilotos hasta cuatro años más de edad, Damián quedó en el puesto 33 tras la consecución de las cuatro carreras oficiales. "No nos habíamos marcado ningún objetivo en cuanto a la puntuación, simplemente queríamos que esta primera prueba sirviera como periodo de aprendizaje, para tomar contacto con la competición y, sobre todo, para que el chaval se divierta", indica el padre de Damián.

Una afición sacrificada

El mundo del motociclismo, aunque sea a nivel amateur, se trata de una afición muy exigente y sacrificada que conlleva dinero y tiempo. La mayoría de las competiciones están en circuitos a cientos de kilómetros de Toro y duran todo el fin de semana. A los costes de los desplazamientos y el mantenimiento de las motos hay que añadir el plus del alojamiento, destacan los padres del joven piloto. Para paliar este inconveniente, Verónica y Alejandro se han hecho con una pequeña caravana con la que acuden a todas las competiciones. "Después de toda una semana de trabajo ir hasta Andalucía para una carrera es una verdadera paliza, pero lo hacemos encantados", indica el padre del niño.

Una de las razones para elegir el campeonato de España y no otro fue hacer valer este esfuerzo, ya que es una competición que transmite valores que los padres de Damián consideran esenciales: "En la copa nacional la educación de los pilotos está por encima de todo, si los niños suspenden alguna asignatura son penalizados durante la prueba", aclara Alejandro.

Por el momento Damián disfruta de la moto y de la escuela. Este año ha sido una prueba de contacto, pero el año que viene el pequeño piloto toresano espera emular a su ídolo, Marc Márquez, y coronar el campeonato de España, para el que entrena desde ya.