El buen ambiente de la carrera de cintas de los quintos ayer en Vezdemarbán sirvió de aperitivo para el evento principal de las fiestas patronales del municipio zamorano: el encierro campero por el camino a Bustillo. Dos vacas y un novillo fueron los protagonistas de un festejo limpio y que se alargó durante casi tres horas. Varias decenas de vehículos y más de medio centenar de caballistas fueron testigos del brío y buen movimiento que mostraron las reses bravas. Y es que si bien los toros son más espectaculares por la peligrosidad que envuelve un astado de más de media tonelada de peso, no se puede negar que las vacas bravas imponen un ritmo y una velocidad que siempre redunda en la duración del espectáculo.

La buena predisposición y nobleza de los animales presentó una tarde idílica a los garrocheros, que pudieron galopar y guiar a los astados. Asimismo, la gran afluencia de público, no lejos del medio millar de asistentes según fuentes oficiales, dejó una bella imagen conformada por la marabunta de todoterrenos y el núcleo de caballos y astados.

Primeramente, se produjo el desenjaule de las vacas, para a continuación dar paso al novillo. La orografía del terreno, con la llanura y la extensión propia de los campos de cereal, invitaba a los animales a recorrer grandes distancias, como finalmente hicieron para deleite de jinetes y espectadores.

La larga duración del festejo, que alcanzó el filo de las ocho de la tarde, hizo que se solapara con el concierto que ayer ofreció la Asociación "Amigos del Arte", más conocidos como "La Rondalla", en los jardines de la iglesia de la Virgen de la Cuesta. El espectáculo musical se celebró en homenaje a Vitaliano Alfageme Sánchez. Por la noche, la orquesta "Estrella Show" se encargó de amenizar la madrugada del domingo al lunes. Vezdemarbán despedirá sus fiestas patronales hoy con juegos infantiles, carreras de cintas y merienda popular en la Plaza Mayor para todos los vecinos.