En chimeneas, sobrados o viviendas deshabitadas. En estos y otros lugares han tenido que intervenir los bomberos de Toro para retirar enjambres de abejas dispersados por diferentes pueblos de su ámbito de actuación y evitar así posibles incidentes o que sus vecinos sufran la picadura de estos insectos. El jefe de los bomberos de Toro, Félix Costillas, destacó que, en las últimas semanas, los efectivos del Parque han realizado cerca de una veintena de salidas para retirar varios enjambres de abejas, cuando en pasadas campañas, como máximo, han atendido cinco peticiones relacionadas con este servicio. Toro, Fuentespreadas, El Pego, Olmo de la Guareña, Malva, Bustillo del Oro o Peleagonzalo son algunos de los municipios de la provincia a los que han tenido que desplazarse los bomberos para proceder a la retirada de los enjambres de abejas, servicio para el que el Parque de Toro dispone de equipamiento específico y del material necesario para actuar con plenas garantías de seguridad.

Destacó Costillas que el protocolo de actuación se basa en que los vecinos que detectan enjambres en sus propiedades avisan al servicio de Emergencias 112, servicio que posteriormente comunica la existencia del enjambre a los bomberos de Toro. Acto seguido efectivos del Parque establecen comunicación con el alertante para conocer la ubicación exacta del enjambre y trazar el operativo que permita su retirada sin perjudicar a las abejas que, como precisó Costillas, son una especie protegida. En este punto, subrayó que la intervención de retirada de los enjambres se realiza a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando la actividad las abejas disminuye. Las colmenas recogidas se entregan a apicultores, aunque en otros casos se liberan en zonas favorables para el desarrollo de la función de las abejas. En cuanto a la proliferación de los enjambres detectada este año y que afecta también a otros puntos de la geografía nacional, Costillas matizó que se desconoce la causa exacta aunque, al parecer, las intensas lluvias registradas en la primavera propiciaron una floración tardía y un aumento de la cantidad de polen y de alimento para las abejas.