El músico Carlos Núñez, considerado uno de los mejores gaiteros del mundo, ofrecerá el domingo, a las 21.00 horas en la iglesia del Santo Sepulcro, uno de los conciertos programados dentro del ciclo "Las Noches de Toro". El músico gallego ha preparado diversas sorpresas para este recital que forma parte de su gira, "Lugares mágicos".

-El domingo ofrece un concierto en Toro para el que ha anunciado algunas sorpresas, ¿puede desvelar alguna?

-El hecho de ofrecer un concierto en Toro es un flechazo. Tengo amigos que están trabajando en la reconstrucción de instrumentos históricos y uno de ellos, Jesús Reolid, nos dejó varios instrumentos para un concierto en el Circo Price de Madrid. La gente que asistió al concierto salió entusiasmada por el hecho de que, en un lugar como Toro y en su Colegiata, hubiera instrumentos medievales tan originales. Este verano hemos organizado la gira que se denomina "Lugares mágicos" y que empezó por Galicia, pero que decidimos extender a otros sitios de España y uno de esos lugares mágicos, por su significado o por su historia, es Toro. Para mí es muy importante que la gente viaje y descubra lugares especiales con historia y el de Toro es más que un concierto, es una llamada para que asistan personas de otros lugares.

-Sobre el escenario, ¿sonará alguno de los instrumentos de la Colegiata reconstruidos?

-No lo puedo prometer, pero estoy haciendo todo lo posible para que alguno de esos instrumentos sea trasladado desde Madrid a Toro. Vamos a tocar música de esa época y vamos a utilizar instrumentos del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela y de otros pórticos del Camino de Santiago, pero una de las posibles sorpresas es poder incluir en el concierto alguna de las reconstrucciones de instrumentos de la Colegiata de Toro.

-El público que asista a su concierto, ¿de qué tipo de música va a poder disfrutar?

-El concierto va a ser especial para Toro y en un lugar, la iglesia del Santo Sepulcro, que nos va a permitir viajar en el tiempo y disfrutar de música medieval, del Renacimiento o de un recorrido por la música celta y de cómo se ha ido transformando ya que, en la actualidad, con este tipo de música interpretamos hasta bandas sonoras de películas o la sintonía de una vuelta ciclista.

- En el concierto está previsto que le acompañen jóvenes gaiteros de Zamora, ¿cómo surgió esta colaboración?

-En todos nuestros conciertos por el mundo siempre invitamos a gente joven que toca instrumentos tradicionales de cada lugar. El pasado año hicimos una colaboración con el cineasta Carlos Saura y le propuse hacer un llamamiento a jóvenes de toda la Península que tocaran instrumentos tradicionales. Apareció gente increíble de toda España, con todo tipo de gaitas e instrumentos tradicionales. Además, en nuestros últimos conciertos nos hemos percatado de que Zamora es un punto importantísimo para todas las músicas ibéricas, porque encontramos mucha variedad de instrumentos que existen por separado en otras zonas como Galicia, Asturias o Portugal. Creo que Zamora es el lugar en el que podemos encontrar las músicas más auténticas, enigmáticas, interesantes y sorprendentes de España y que, además, aún no se han perdido y están vivas. Zamora es un lugar muy especial que ojalá se convierta en un lugar de peregrinaje musical, ya que guarda las esencias más auténticas de toda España y es poco conocida.

-¿Zamora no ha sabido aprovechar la riqueza de su música tradicional?

-Otras zonas como Galicia o Asturias se beneficiaron del tirón de la música celta. Galicia, de forma natural, ha vendido y lleva más de cien años de marca celta, pero es cierto que, aunque Zamora seguramente conserva músicas más antiguas y vivas que otras zonas, no se conocen. Para mí, Zamora supone toda una sorpresa porque cuando la gente descubre esos colores, esas esencias, se da cuenta de que es fascinante.

-Con la incorporación de músicos jóvenes a su espectáculo, ¿pretende darles la misma oportunidad que le brindaron a usted en sus inicios?

-Recuerdo la ilusión que me hizo que me invitaran a tocar con The Chieftains, mis maestros irlandeses con los que empecé a girar por el mundo cuando tenía 18 años, ya que de pronto me veía grabando en el estudio con los Rolling Stones, Sting o Sinead O'Connor. Todo aquello supuso descubrir que las músicas tradicionales no eran algo de lo que avergonzase, sino que eran un tesoro que nos abría las puertas, de tú a tú, a primeros espadas de diversos géneros. Espero que invitar a jóvenes a tocar con nosotros sirva para que sigan aprendiendo y para que vean que se puede vivir de la música y que no es un sueño imposible.

-¿La música que interpreta en sus conciertos, es valorada en otros países?

-Países como Alemania o Inglaterra están muy bien organizados, pero han perdido sus tradiciones y aunque tuvieron flautas o gaitas como las que hay en Zamora, las han perdido hace más de cien años. Cuando viajas te das cuenta de que en otros países como Estados Unidos en los que sienten pasión por nuestros vinos, también se apasionan por nuestra música y esto me hace darme cuenta de que estoy en el camino correcto. Parte del secreto es pedir a la gente a que se acostumbre a pagar una entrada. No puede ser que haya una espiral de música aparentemente gratuita porque no lo es, ya que sale de los bolsillos de los ciudadanos lo que debería ser pagado con la taquilla. Un artista vale los tickets que vende y el dinero público creo que debe emplearse en otras cosas más importantes como la educación o la sanidad.

-Esa aparente gratuidad de las fiestas, ¿devalúa en parte el trabajo de los artistas?

-Hay que hacer una reflexión porque creo que es importante cambiar ese sistema. Con la gira que estamos haciendo por lugares especiales y pequeños somos conscientes de que nos vamos adelantando a los tiempos y de que tenemos que ir educando al público para que se comprometa también. Cuando tocas en otros países te das cuenta de que los músicos van creciendo con el público, la gente sabe a quién va a ver, pero si todo es pagado con dinero público solo se llama a los artistas cuando la situación está bien, después se acabó.

-En España, ¿la Cultura ha sido relegada a un segundo plano?

-En el fondo, como a las tradiciones, sí que le damos importancia. No obstante, como los cocineros han conseguido que la gente se sienta orgullosa y valore nuestra comida por la que paga, tenemos que conseguir lo mismo con la música.

-Lleva tiempo trabajando en un proyecto literario, ¿cuándo será publicado su libro "La hermandad de los celtas"?

-En septiembre. Llevo tres años trabajando con arqueólogos o musicólogos y he aprendido mucho sobre avances que se han producido a nivel científico sobre el mundo celta y la música celta.