La agrupación de voluntarios de "Animales abandonados en Toro" comienza el verano con la mente puesta en constituir una asociación que facilite su labor con los animales extraviados en el municipio zamorano. Hace algún tiempo, la formación se reunió con el alcalde de la localidad, el socialista Tomás del Bien, y le trasladaron una serie de propuestas para mejorar la vida de los perros y gatos callejeros. El primer edil animó a la agrupación de voluntarios a constituir una asociación que les permita acceder a las subvenciones otorgadas por la administración local a través de los presupuestos anuales. Por el momento, la agrupación de voluntarios ha comenzado con la redacción de los estatutos, si bien no se espera que se constituyan como formación en un futuro inmediato debido "a la falta de tiempo" de los participantes.

Actualmente, la perrera de Toro se encuentra situada junto al Punto Limpio a las afueras de la ciudad. Hace un año, las lluvias torrenciales que se produjeron durante un par de días precipitaron la caída de un árbol sobre el tejado del edificio municipal, produciendo un agujero en la techumbre. El Ayuntamiento, finalmente arregló la estructura durante el pasado invierno, después de que una tormenta hiciera volar el parche provisional de uralita con el que un par de voluntarias habían tapado el desperfecto.

En esas instalaciones se encuentra Moro, un cachorro de unos seis meses que los voluntarios encontraron abandonado a principios de junio junto a la carretera del cementerio. Todas aquellas personas que estén interesadas en adoptarlo pueden contactar a través de la página de Facebook de "Animales abandonados en Toro" o a través del Ayuntamiento de Toro.

Cada domingo, Moro disfruta de un paseo con los voluntarios que acuden a visitarlo. El problema es que la caseta de los perros no dispone de una gatera que permita al animal salir a un patio o recinto en el que poder estirar las patas. Esta, junto a la construcción de más habitáculos y la renovación de la ordenanza municipal sobre animales de compañía, es la petición que desde "Animales abandonados" esperan que el ayuntamiento se comprometa a cumplir.

No obstante, el Ayuntamiento es el que se encarga de la manutención de los animales, haciéndose cargo del pago de su comida. Los voluntarios, por su parte, se encargan de recoger a los animales, trasladarlos a la perrera, cuidarlos y cubrir algunas necesidades que el Consistorio no tiene la obligación de llevar a cabo: comida especial para cachorros, pasearlos, collares adaptados al tamaño de los animales?Todo esto lo financian a través de un grupo muy reducido de voluntarios y gracias a las donaciones obtenidas por algunos vecinos de la localidad.

Por la perrera de Toro suelen pasar entre 20 y 30 perros de forma anual; aunque otra gran parte de los animales sin dueño se encuentran viviendo en la calle o en los domicilios de los voluntarios. Los gatos abandonados no son trasladados a la perrera municipal, sino que son los propios voluntarios los que se organizan para cuidarlos hasta que consiguen encontrar a una familia de adopción.