Cerca de cinco horas se prolongaron ayer los trabajos de traslado y reubicación del "toro de piedra" desde el lugar que ha ocupado en las últimas cinco décadas, junto al Arco de Santa Catalina, hasta la plaza de San Agustín, en las inmediaciones de otro de los emblemas de la ciudad, el Alcázar. La minuciosidad y delicadeza con las que fueron ejecutadas las labores del traslado dilataron el cambio de ubicación de uno de los símbolos de Toro, aunque todavía restan por concluir los trabajos de fijación de la pieza a la nueva peana, intervención que finalizará en las próximas horas.

Sobre las 9.30 horas de la mañana se puso en marcha el dispositivo desplegado por el Ayuntamiento para llevar a cabo el traslado que, de forma coordinada, supervisaron las concejalías de Obras y de Seguridad Ciudadana, en colaboración con la Policía Local. La primera actuación se centró en la colocación de la nueva peana, de 9.000 kilos de peso, y realizada en granito abujardado de Sayago. Su forma prismática, dificultó los trabajos de adecuación en el espacio reservado junto a la fachada norte del Alcázar y que se prolongaron más de una hora. Una vez anclada y fijada la nueva base en la plaza de San Agustín, continuaron las labores de traslado del "toro de piedra" en la rotonda situada junto al Arco de Santa Catalina, en la que ha permanecido desde 1968. En este espacio, la escultura fue amarrada con eslingas de elevación y, con una grúa, fue depositada en el interior del camión que se encargó de su transporte.

La concejala de Obras, Ruth Martín, reconoció que la morfología de la pieza facilitó su sujeción con las eslingas y posterior depósito en el vehículo donde fue afianzada y atada para evitar que pudiera sufrir daños durante el corto trayecto que separa la rotonda de la plaza de San Agustín. Con sumo cuidado y a escasa velocidad, el camión completó el recorrido sin que la pieza, que pesa unos 3.000 kilos, se moviera ni sufriera ningún desperfecto.

Ya en la plaza de San Agustín, la escultura fue de nuevo suspendida en el aire con eslingas para efectuar su traslación desde el camión hasta la nueva peana. Operarios municipales procedieron posteriormente a "centrar" la pieza en la base y a fijarla sobre apoyos de madera, con el objetivo de dotarla de la estabilidad que precisa para que un experto restaurador pueda llevar a cabo las labores de "unión" con su nueva peana. Además, los trabajadores del servicio de Obras se encargaron de colocar las cuatro piezas que conforman el zócalo de la base. Numerosos toresanos se acercaron ayer hasta la plaza de San Agustín para seguir con atención los trabajos del traslado y reubicación de la escultura y para comprobar si el lugar elegido se adapta al valor histórico del "toro de piedra". Sobre la elección de la plaza de San Agustín, la concejala de Obras reconoció que, al estar enclavado en ella el Alcázar, es un lugar emblemático y más céntrico. Asimismo resaltó que el "toro de piedra" ocupa desde ayer un "lugar más digno", aunque también la nueva ubicación permitirá que toresanos y visitantes puedan admirar la pieza con plenas garantías de seguridad, ya que su anterior emplazamiento entrañaba ciertos riesgos por el denso tráfico que soporta la rotonda situada junto al Arco de Santa Catalina.

Del mismo modo, Martín recordó que, recientemente la Oficina Municipal de Turismo se ha trasladado al Alcázar, servicio al que recurren los turistas para recabar información sobre la ciudad, lo que posibilitará que puedan admirar el "toro de piedra" al acceder al histórico edificio. Además, como remarcó, el Alcázar también es el espacio elegido para exhibir, en un futuro próximo, una exposición permanente de las obras del artista Fernando Pascual, legadas a la Fundación González Allende, muestra que contribuirá a atraer a más visitantes a la fortaleza. Por último, la concejala socialista ha realizado un llamamiento al "civismo" para que la pieza no sea objeto de actos vandálicos en su nueva ubicación. El traslado del "toro de piedra" ha generado una amplia diversidad de opiniones entre los toresanos sobre la idoneidad o no del cambio de ubicación.