La Subdelegación del Gobierno ha incrementado la vigilancia en Morales de Toro para garantizar una convivencia pacífica entre los vecinos tras los últimos incidentes ocurridos en el municipio: la agresión a un joven y la venta de dos adolescentes de nacionalidad rumana a otros clanes por 10.000 euros cada una. Esta medida de carácter preventivo fue solicitada recientemente por el Ayuntamiento de Morales de Toro, con el objetivo de evitar posibles enfrentamientos que alteren la convivencia entre los vecinos.

El Subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, anunció ayer que, desde hace unos días, se ha reforzado la vigilancia en el municipio, tras el último incidente que enmarcó en un altercado de tráfico entre un vecino y un ciudadano de nacionalidad rumana, pero que se resolvió de una forma violenta. No obstante, matizó que este incidente fue fruto de la convivencia y no de la presencia de ciudadanos de nacionalidad rumana en el municipio de Morales de Toro que, como precisó, desde hace años es "un lugar de asentamiento" de extranjeros que fijan su residencia en el pueblo para realizar trabajos temporales. Al margen de los últimos incidentes, García Bermejo también destacó ayer que se ha puesto en marcha una investigación para identificar a los menores que han realizado pintadas de carácter xenófobo en varios puntos del municipio.

Por su parte, el alcalde de Morales de Toro, Luis Segovia, ha valorado de forma positiva que la Subdelegación del Gobierno haya atendido la petición de "amparo" y colaboración remitida por el Ayuntamiento, ante el temor de que los últimos incidentes pudieran derivar en nuevos enfrentamientos entre los vecinos. Reconoció Segovia que, en los últimos días "se nota" la presencia de más agentes de la Guardia Civil en el pueblo, medida de control y vigilancia que, a su juicio, puede garantizar una convivencia pacífica y evitar prácticas que, en muchas ocasiones han denunciado públicamente los vecinos, como la excesiva velocidad a la que circulan ciudadanos rumanos por las calles de Morales de Toro, con el consiguiente riesgo para los peatones. El Ayuntamiento decidió remitir un escrito a la Subdelegación del Gobierno tras el último incidente ocurrido en el municipio, durante el que un joven fue agredido por un ciudadano rumano. En concreto, el incidente se produjo cuando el joven tuvo que frenar su turismo en una calle estrecha, al ver que se le aproximaba una furgoneta que conducía un ciudadano rumano, con el objetivo de evitar una colisión entre ambos vehículos. Acto seguido el joven se bajó del coche para preguntar a los ocupantes de la furgoneta si se encontraban bien, pero como respuesta recibió varios golpes en el rostro, por los que tuvo que ser trasladado al complejo asistencial de la capital. Además el joven agredido y varios miembros de su familia recibieron amenazas del varón que propinó los puñetazos y de algunos de sus familiares, amenazas por las que advertían de que si se presentaban denuncias "tomarían represalias". El incidente derivó en un cruce de denuncias, ya que por una parte fue denunciada la paliza propinada al joven, aunque el presunto autor de los puñetazos interpuso otra contra el padre del agredido por supuestas amenazas.

Ante estos hechos, a los que hay que sumar la venta por parte de familiares de dos menores rumanas a otros clanes, el Ayuntamiento de Morales de Toro decidió solicitar apoyo a la Subdelegación del Gobierno a través de un escrito en el que detallaba que "siempre hemos tratado de ayudar a todo aquel que lo necesita, pero no estamos dispuestos a dejar que nadie, sea quien sea" y con independencia de cuál sea su nacionalidad, "atente contra la libertad de las personas y que no podamos convivir en paz".