La agresión sufrida por un vecino de Morales de Toro al que un ciudadano de nacionalidad rumana y etnia gitana le propinó, presuntamente, varios puñetazos en el rostro ha desencadenado un nuevo conflicto social en el municipio, que el Ayuntamiento está dispuesto a atajar para garantizar una convivencia pacífica y evitar nuevos enfrentamientos. Como primera acción, el Ayuntamiento de Morales de Toro tiene previsto remitir un escrito a la Subdelegación del Gobierno para informar a sus responsables sobre el último incidente ocurrido en la localidad y para solicitar su "amparo" a la hora de adoptar las medidas necesarias para evitar posibles enfrentamientos que alteren la convivencia entre los vecinos. En el citado escrito, el Ayuntamiento explica que hace unos días un joven, vecino de Morales de Toro, fue agredido por una persona de nacionalidad rumana "sin un motivo aparente". En concreto, según la información recabada por este diario, el incidente se produjo cuando el joven agredido tuvo que frenar su turismo en una calle estrecha, al ver que se le aproximaba una furgoneta que conducía un ciudadano rumano, con el objetivo de evitar una posible colisión entre ambos vehículos.

Acto seguido el joven se bajó del coche para preguntar a los ocupantes de la furgoneta si se encontraban bien, pero como respuesta recibió varios golpes en la cara. Aunque el joven fue atendido en primera instancia por los vecinos, finalmente tuvo que acudir al centro de salud de Toro y, posteriormente, fue derivado al complejo asistencial de la capital por los golpes recibidos en el rostro. Además el joven agredido y varios miembros de su familia han recibido amenazas del varón que propinó los puñetazos y de algunos de sus familiares, amenazas por las que advierten de que si presentan una denuncia contra el agresor, "tomarían represalias". El incidente ha derivado en un cruce de denuncias, ya que por una parte ha sido presentada una denuncia por la paliza propinada al joven, aunque el presunto autor de los puñetazos ha interpuesto otra contra el padre del agredido por supuestas amenazas.

Estos hechos y la confrontación social que han generado en Morales de Toro han propiciado que el Ayuntamiento, además de condenar públicamente el incidente, haya decidido adoptar medidas y en el escrito que tiene previsto remitir a la Subdelegación del Gobierno advierte de que "los vecinos están preocupados por lo que pueda ocurrirles" para, a renglón seguido, afirmar que en la localidad residen también varias familias de nacionalidad rumana y que "no todas pueden ser tachadas de conflictivas". En este documento, el Ayuntamiento expone que "siempre hemos tratado de ayudar a todo aquel que lo necesita, pero no estamos dispuestos a dejar que nadie, sea quien sea" y con independencia de cual sea su nacionalidad, "atente contra la libertad de las personas y que no podamos convivir en paz". De otro lado, en este escrito el Ayuntamiento también expresa su deseo de que enfrentamientos como el sucedido hace pocos días "o de otro tipo" no se vuelvan a repetir en el municipio, "por lo que estamos dispuestos a obrar en consecuencia para evitarlos, siempre amparados por la Ley". Por último, el Ayuntamiento manifiesta su repulsa a los hechos ocurridos recientemente, a la vez que lanza un mensaje a los vecinos con los que se compromete a "intentar buscar todos los medios con los que contemos para evitar nuevos enfrentamientos, ya que no queremos que agresores o maltratadores se tomen la justicia por su mano".

Por su parte, el alcalde, Luis Segovia, precisó ayer que Morales de Toro "acoge" a todas aquellas personas que quieran fijar su residencia en el municipio siempre y cuando respeten las normas de convivencia pero, en ningún caso, "vamos a tolerar a extorsionadores o maleantes". En este punto, matizó que, ante hechos como los acontecidos recientemente, "hay que dejar actuar a la Justicia", aunque también reconoció que si no cesan los incidentes "al final hablará el pueblo". El último suceso ha colmado la paciencia de muchos vecinos de Morales de Toro que, incluso, se han planteado la posibilidad de organizar una concentración de repulsa.