Durante la jornada de ayer, el Museo del Queso, propiedad de Quesería Chillón, celebró una jornada de puertas abiertas para todos aquellos que deseasen indagar y descubrir los secretos de la elaboración de este producto, con el que la familia toresana lleva trabajando más de 128 años. El Museo nació hace 2 años y es un elemento más a la amplia oferta turística que ofrece el municipio zamorano. Ubicado en el polígono industrial de la carretera Tordesillas, la institución ha recibido más de 55.000 visitas.

El Museo del Queso hunde sus raíces en la historia de la familia Chillón, que comenzó a trabajar en la elaboración de este producto en el año 1890. El discurso museográfico muestra dos vertientes profundamente vinculadas: los procesos y productos de elaboración y la tradición familiar. Teodolindo Chillón, propietario de la factoría, afirma que "la unión entre familia y oficio es clave a la hora de hacer un producto de calidad". Con esta idea en mente, la muestra ha sido creada para dar a conocer a los asistentes no solo las cuestiones relacionadas con la elaboración del queso, sino también con la historia de una familia ligada a una profesión. Esta idea queda reflejada a través de cuatro ventanas de la antigua fábrica de Pinilla de Toro que cuelgan expuestas en las paredes del museo. A través de ellas, los visitantes pueden repasar las cuatro generaciones Chillón que han trabajado el queso, así como algunos de los elementos más icónicos de la profesión.

En cuanto a la parte puramente técnica se refiere, el museo aborda la elaboración del queso a través tres claves fundamentales: la leche, los recipientes y los moldes. La leche es la masa madre para todo buen queso. La primera parte del recorrido muestra el papel que juega este producto en el proceso de fabricación. Asimismo, también se muestra la procedencia de esta y la relación entre el ganadero y el quesero con diversas fotografías e imágenes. En la parte de los recipientes el visitante puede observar algunos de los recipientes más antiguos de la factoría quesera de Toro. Desde cañadones para el ordeño, distintos recipientes de transporte y conservación de la leche, hasta las mantequeras tradicionales con esta empresa fabricaba la manteca. Por último, la muestra recoge una amplia variedad de moldes con los que se ha fabricado el queso durante los últimos 125 años. Desde los tradicionales cinchos de esparto algunos de los cuales se muestran incluso remendados pasando por latas de conserva que se adaptaban para la fabricación del queso hasta los distintos moldes de metal y los actuales microperforados.