En silencio y con profundo respeto, los toresanos despidieron ayer a Jesús López Cobos, uno de los referentes mundiales en la dirección de orquesta, pero también un hombre sencillo y cercano que siempre se sintió orgulloso de sus raíces. Dos semanas después de su fallecimiento en Berlín, a los 78 años de edad, los restos mortales del maestro recalaron ayer en su ciudad natal para ser honrado y para recibir el reconocimiento de todas aquellas personas que formaron parte de su vida personal o artística, así como de numerosos toresanos que se acercaron hasta la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Toro.

Apenas una hora antes de que se abriera al público la capilla ardiente, los restos mortales de López Cobos llegaron a la ciudad en la que nació hace 78 años en un coche fúnebre procedente de Madrid y, en las inmediaciones del Ayuntamiento, fueron recibidos por el alcalde, Tomás del Bien, dos ex mandatarios municipales, Jesús Sedano e Ignacio Ortiz de Latierro, así como por la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, y concejales de la Corporación Municipal. En pocos minutos, el féretro fue instalado en la zona más noble del salón de plenos, flanqueado por dos grandes ramos de flores blancas y amarillas en los que se podía leer la dedicatoria "La ciudad de Toro a su Hijo Predilecto" y algunos centros y coronas de flores, así como las mazas y los medallones de la ciudad. Las banderas a media asta fueron colocadas detrás del féretro, así como dos manos de escayola, una de las cuáles sujetaba una batuta, y que situadas tras un atril sirvieron para recordar al insigne director de orquesta en su faceta más artística. A las seis de la tarde, abrió sus puertas la capilla ardiente para recibir a todas aquellas personas que quisieron dar el último adiós a su vecino, a su referente musical o a su amigo, aunque a este último homenaje tampoco faltaron la esposa y los hijos del maestro, así como compañeros del mundo de la cultura y de la música procedentes de diferentes lugares del mundo como Alemania, Suiza o Estados Unidos.

De forma escalonada y ordenada, los toresanos accedieron a la capilla ardiente para mostrar sus respetos al Hijo Predilecto de Toro, a quien muchos habían tenido el honor de conocer en las visitas que realizó a su ciudad natal para ofrecer el pregón de la Fiesta de la Vendimia o recorrer las instalaciones de la Escuela de Música que lleva su nombre y de la que era uno de sus principales benefactores, a través de generosas donaciones para adquirir instrumentos y potenciar la afición musical de la ciudad. Muchas personas también quisieron mostrar su respeto al maestro con cariñosos mensajes que plasmaron en el libro de condolencias instalado junto a las puertas de la capilla ardiente. A pesar de que el respeto y el dolor enmudecieron a los toresanos que ayer visitaron la capilla ardiente, en las honras fúnebres de López Cobos, cuyo talento fue reconocido con prestigiosos premios y que dirigió a las más reconocidas orquestas del mundo, no podía faltar la música. La agrupación musical de pulso y púa "Amigos del Arte", más conocida como "La Rondalla" rindió ayer su particular homenaje a un maestro que dirigió a sus integrantes en más de una ocasión y al que quisieron despedir con música.

Los miembros de la Banda de Música La Lira también se personaron en la capilla ardiente después del concierto de marchas fúnebres que ofrecieron en el Teatro Latorre dentro del Pórtico de Semana Santa, músicos que hoy acompañarán a su gran referente durante el cortejo fúnebre que trasladará sus restos, a las 12.00 horas, desde el Ayuntamiento hasta la Colegiata, donde será oficiada la misa de funeral. La música también estará muy presente en la ceremonia religiosa que se celebrará hoy en la que sonarán las voces del coro interparroquial, el "Adagio" de Barber, interpretado por músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, y "Sarabande" de Bach que tocará el violonchelista y amigo de López Cobos, Albán Gerhardt.

Una vez concluida la misa de funeral, los restos mortales del director de orquesta serán trasladados en un coche fúnebre, desde la Colegiata hasta el Real Monasterio del Sancti Spíritus, donde tendrá lugar su entierro, en una ceremonia íntima a la que únicamente asistirán los familiares y personas más allegadas. En concreto, como avanzó ayer el alcalde, López Cobos será enterrado en el claustro del monasterio, en el nicho número 3 por sus mayores dimensiones, y que será identificado con la obra de una artista toresana, Marta Lozoya, realizada en arcilla y sobre la que ha modelado una clave de sol.

Por otra parte, el alcalde de Toro destacó que permanece abierta la cuenta bancaria habilitada por deseo expreso del maestro para recibir las aportaciones equivalentes al coste de las flores, con las que particulares o instituciones quisieran manifestar su duelo y respeto por su fallecimiento. En este punto, Del Bien destacó que en esta cuenta bancaria ya se han realizado ingresos desde diferentes lugares del mundo como Japón, Australia, Francia, Bélgica, Portugal o Alemania y que todos los donativos recibidos, como así plasmó por escrito López Cobos, serán destinados a mejorar las instalaciones y el equipamiento de la Escuela Municipal de Música que lleva su nombre.

Con este gesto, como apuntó el alcalde, el maestro ha vuelto a demostrar "su calidad humana y generosidad", a pesar de tratarse de una "figura universal". En las honras fúnebres también participó ayer la presidenta de la Diputación Provincial, Mayte Martín Pozo, quien resaltó quien recordó que López Cobos "ha sido un toresano y, por tanto, un zamorano universal y muy generoso con su tierra". Del mismo modo anunció su intención de proponer a los grupos políticos representados en la institución provincial iniciar el expediente para conceder la Medalla de la Provincia a López Cobos. En este punto, Martín Pozo avanzó que la propuesta será trasladada a los representantes de los grupos políticos en la próxima junta de portavoces y que, en principio, el trámite será "corto", ya que el director de orquesta reúne suficientes y contrastados méritos para recibir la distinción a título póstumo.

Esta propuesta se suma a la que ya ha formalizado recientemente el Ayuntamiento de Toro en un pleno extraordinario en el que aprobó por unanimidad iniciar el expediente para conceder a López Cobos la Medalla de Oro de su ciudad natal de la que, en abril de 1984, fue nombrado Hijo Predilecto.