Podríamos escribir cientos de líneas sobre la vida profesional de uno de los más brillantes directores de orquesta de nuestro país, Jesús López Cobos, nacido en Toro ( Zamora ) en 1940 y fallecido en ayer a la edad de 78 años en Berlín ( Alemania). Pero no menos importante es recordar su relación con la Administración española, la cual puede destacar por la disonancia más que por la consonancia, pues fueron dos las ocasiones en las que Cobos, quien ya había despuntado fuera antes que en España, se involucró en dos proyectos españoles e intentó hacer ver a la Administración que el "traje" y la estructura del funcionariado no era el mejor para el funcionamiento evolución y desarrollo de las orquestas, teatros y mundo de la cultura en general de nuestro país. El primero de ellos fue su relación con la Orquesta Nacional de España, de la cual fuera director titular desde 1984 hasta 1988 (actividad que compaginó con la dirección de la ópera de Berlín entre 1981 y 1990). Durante estos cuatro años en su primer proyecto en su nuevo cargo chocó con el Ministerio de Cultura, a quien puso condiciones como que las 27 plazas convocadas en el año 1985 se cubrieran por músicos españoles o la subida salarial de los músicos de la orquesta. Finalmente, y tras muchas discrepancias con dicho ministerio, Cobos abandonó la ONE, pues sus ideas no encajaban con una institución de funcionarios públicos muy corporativista. Y, lo peor de todo, se marchó de España y estuvo 10 años sin regresar. Durante essa década fue director titular de la Orquesta Sínfónica de Cincinnati en los Estados Unidos (1990-2000) y director de la Orquesta de Cámara de Lausana (Suiza).

El segundo proyecto que le trajo de regreso a España fue el del Teatro Real en el 2003, relación que termino de una manera poco amistosa en el 2010 debido a las discrepancias con el entonces director artístico del teatro Gerard Mortier.

Durante su carrera dirigió a las mejores orquestas del mundo, entre ellas las Filarmónicas de Berlín, Viena o la Sinfónica de Londres, en teatros como la Scala de Milán o el Metropolitan de Nueva York.

Cobos, licenciado en Filosofía y Letras en los años sesenta, y formado como director musical junto a Franco Ferrara y Hans Swarowski, nos dejó una amplia discografía, grabó para Philips, Decca, Virgin, Teldec, Telarc o Denon, entre la cual se incluye la grabación de la música del compositor burgalés Antonio José con la Orquesta y Coros Nacionales de España, quienes figuran en la foto de contraportada en su actuación en la Colegiata Santa María la Mayor en Toro (junio 1984). La grabación fue patrocinada por la Obra Cultural de la Caja de Ahorros de Zamora.

Ha recibido numerosos reconocimientos. Premio Príncipe de Asturias en 1981, Medalla de Oro al Merito en Bellas Artes (2001) y Premio de las Artes Castilla y León (2012), entre otros .

Era director emérito de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Cobos se sentía orgulloso de Toro, su tierra, la que le vio nacer y de la cual era Hijo Predilecto. Para su Escuela de Música Jesús López Cobos , donó material gracias al que muchos niños y niñas toresanos puedan aprender música...Un gesto más de su generosidad.

Jesús pasará a la historia por sus capacidades humanas y profesionales, pero espero que seamos capaces de continuar con su espíritu crítico para que frases como " La envidia es el deporte nacional", " Las instituciones culturales están politizadas", "En España hace falta cultura" o "En España los artistas son poco reconocidos", que el mismo pronunció a lo largo de su vida, solo formen parte de nuestra historia pasada y podamos desarrollar plenamente todas las capacidades que tienen los músicos y artistas de nuestro país, deteniendo de una vez por todas la obligada fuga de talentos mas allá de nuestras fronteras.

Jesús el mundo de la cultura está de luto.Te damos las gracias y ojalá que seamos capaces de continuar la lucha que iniciaste "sin pelos en la lengua" en una sociedad cada vez mas hipócrita y disfrazada de diplomacia y en la que cada vez son menos los que se atreven a decir lo que piensan.

Nos sentimos orgullos de ti. Ojalá un día te sientas orgulloso de nosotros allá donde estés.