Llueve, diluvia sobre Morales de Toro y los vecinos se resguardan en sus casas o en los bares de la localidad. Las inclemencias del tiempo de los últimos días son el tema de conversación en cada grupo que se forma en torno a los naipes y se reavivan cada vez que entra un vecino, paraguas en mano y calado hasta los huesos, para jugar la tradicional partida: "¡Como llueve!".

Primero fue la nieve, ahora es el agua lo que sirve para que nadie hable del despliegue policial que se produjo el pasado martes en la localidad toresana. No es un tema tabú pero casi todo el mundo lanza evasivas al hablar de la detención de siete vecinos de la localidad, todos de nacionalidad rumana, por forzar, supuestamente, a dos niñas rumanas menores de edad a contraer matrimonio con ciudadanos de su misma nacionalidad.

Lo mismo que se obvia hablar del tema, los vecinos de Morales de Toro están ávidos de información y se pasan, de unos a otros, la edición en papel de LA OPINIÓN - EL CORREO DE ZAMORA de ayer para leer la noticia que habla sobre la detención de siete convecinos. El periódico pasa de mano en mano y se lee en silencio sin comentar los aspectos de la detención, pero se lee con detenimiento al llegar a las páginas de Toro y especialmente a la que habla de la detención de los siete ciudadanos de nacionalidad rumana que, a su pesar, son actualidad.

La lluvia no cesa en Morales de Toro y apenas hay vecinos por las calles y los que han decidido abandonar sus viviendas lo hacen protegiéndose con el paraguas e incluso luchando contra el viento que se levanta según avanza la tarde.

No se ve movimiento por la calle Ildefonso Andrés, lugar en el que reside la hermana de las dos niñas supuestamente vendidas y donde el operativo policial del martes llamó la atención de los moralinos. Un vecino pasa junto al domicilio y se fija durante unos segundos pero sin detener su marcha. Otra mujer apenas levanta la cabeza para mirar, como si allí no hubiera pasado nada.

No se ve a ninguno de los cerca de 150 vecinos de nacionalidad rumana que residen en Morales de Toro, aunque algunos de ellos, familiares y amigos de los detenidos, esperan durante horas en las puertas de los juzgados de Toro para poder tener noticias pese a que la lluvia tampoco da ninguna tregua en Toro. La tempestad que provocó el dispositivo de la Policía Nacional el pasado martes ha ido dando lugar a una calma tensa en el pueblo mientras sus vecinos vuelven a la normalidad, si es que alguna vez la perdieron, con su vida cotidiana. Una normalidad que no consiguió variar la detención de siete ciudadanos de nacionalidad rumana pero que si han conseguido alterar las inclemencias del tiempo. "¡Como llueve!".