El alcalde de Toro, Tomás del Bien, afronta con ilusión el nuevo año, consciente de que el trabajo realizado en 2017, sobre todo en materia económica, permitirá impulsar nuevos proyectos con los que el Ayuntamiento pretende favorecer el desarrollo de la ciudad e incrementar el bienestar de los toresanos .

-¿Qué balance hace del año que acaba de concluir?

-En líneas generales, el 2017 ha sido el año de la regularización de la gestión, de asentar asuntos más farragosos que la gente no ve pero que hay que controlar, tales como asuntos económicos relacionados con el pago a proveedores o la deuda. Que no se adeude nada a los proveedores, a los que se debían dos millones de euros cuando empezamos a gobernar, o que vayamos a comprar unos tornillos y nos sirvan es muy importante, porque de lo contrario no podemos avanzar en el día a día. El periodo medio de pago a proveedores sobrepasa por poco los 40 días y cuando entramos se situaba en 147 días . Durante el pasado año la labor en la gestión económica y fiscal del Ayuntamiento fue muy importante, aunque también se regularizaron y legalizaron muchas ordenanzas. Auguro un 2018 mucho mejor porque ya tenemos una base férrea sobre la que pisar y sobre la que poner los pilares del proyecto ideado para ocho años con el que me presenté a la Alcaldía y que defenderé, si nada lo impide, dentro de año y medio con el propósito de mejorar la ciudad.

-¿Qué retos prioritarios se ha marcado para el 2018?

-Este año empezaremos a estudiar temas como el de la vivienda social en Toro, porque existe vivienda social en precario y adjudicada de forma irregular y ya estamos en conversaciones con otras administraciones para regularizar la situación. En el plano de los servicios sociales también se va a poner en marcha la ludoteca, un espacio que se cerró cuando se agotó la subvención que lo sostenía. Durante este año se van a seguir arreglando calles y mejorando edificios municipales como el palacio de los Condes de Requena en el que se va a realizar una inversión que ronda 100.000 euros para renovar la instalación eléctrica porque seguía de obra, con el peligro que esto conlleva para un edificio por el que a diario pasan centenares de usuarios. También tenemos previsto empezar a cambiar calderas porque el Ayuntamiento se gasta mucho dinero en gasóleo que, además de caro, es contaminante y peligroso y estoy más tranquilo si en los colegios se usan energías más eficientes. También se va a seguir mejorando la seguridad de la travesía de la N-122 porque, aunque ya se han llevado a cabo diversas actuaciones, no debemos olvidar que el grueso de la población en Toro reside en el entorno de la N-122. Obviamente no nos podemos gastar un millón de euros para convertir la carretera en un boulevard, aunque ya se gastó esa cantidad hace tiempo y sirvió para poco más que para poner unas plantas de romero y cambiar luces que no alumbran. Este año también trataremos de mejorar el patrimonio y, aunque ya se han dado pasos muy importantes, no podemos olvidar que Toro no contaba con una gestión turística desde el Ayuntamiento, sino que desde la Oficina de Turismo se indicaba lo que se podía visitar y el horario. Ahora contamos con una gestión turística, hemos presentado productos turísticos y hemos puesto en valor el patrimonio de todos.

-Las dos rutas creadas recientemente, ¿contribuirán a que Toro se consolide en 2018 como un referente turístico?

-La ruta de las bodegas está siendo un éxito, a la gente le encanta bajar al subsuelo de Toro. Aunque es cierto que el mundo del vino está muy globalizado y que hay muchas rutas, el vino de Toro tiene algo especial. Contamos con un inventario de bodegas, pero vamos a encargar un trabajo de actualización. Una vez que todas las bodegas estén catalogadas, estudiaremos cuáles son susceptibles de ser visitadas para iniciar contactos con todos los propietarios que estén dispuestos a mostrarlas de forma voluntaria. Con la ruta por monumentos municipales, que es magnífica, no queremos duplicar la oferta, pero entendemos que Toro debe contar con una oferta variada todo el año, incluso cuando las iglesias estén cerradas. Además, seguimos trabajando en la creación de la ruta por conventos que, cuando se ponga en marcha, va a ser uno de productos turísticos más atractivos de Castilla y León.

-Este año concluirán las obras del puente de piedra que han generado cierta polémica?

-Las obras se están llevando a cabo respetando las recomendaciones que existen respecto a restauración y las dirige Claudio Pedrero, un arquitecto que ha demostrado sobradamente su valía para intervenir en el patrimonio. La empresa que está ejecutando las obras, además de ganar de forma limpia la adjudicación, ha realizado intervenciones en toda España de manera ejemplar. El proyecto del puente de piedra requería una inversión cercana a los siete millones de euros y, aunque en esta fase se va a invertir un millón de euros, una vez concluya solicitaremos ayudas para acometer su restauración completa.

-Durante el 2017 el Ayuntamiento retomó las conversaciones con Defensa para evitar la subasta de Monte la Reina, ¿en qué punto se encuentra esta negociación?

-El tema está parado. En la última reunión, la Diputación se comprometió a estudiar la viabilidad del monte, pero por el momento no hemos recibido comunicación al respecto. No obstante, el Ayuntamiento no va a permitir que Monte la Reina pase a manos privadas y llegará hasta donde tenga que llegar con los ciudadanos porque, en su conciencia, sienten que es algo propio. No podemos olvidar que el monte es público y, por tanto, es de todos. Por este motivo, no vamos a consentir el lucro que persigue el Ministerio sobre un lugar que puede suponer una inyección económica para la zona, al margen de los valores medioambientales del lugar.

-Al igual que en el resto de la provincia, Toro también sufre la pérdida progresiva de población, ¿desde el Ayuntamiento se va a adoptar alguna medida para frenar esta sangría?

-Lo cierto es que los niveles de desempleo en Toro no son demasiado elevados y otros alcaldes me comentan que les gustaría tener la industria con la que cuenta Toro con más de 60 bodegas, con tres factorías de nivel internacional, empresas constructoras o de prefabricados, es decir, un tejido industrial con el que no cuentan algunas capitales de Castilla y León. A pesar de contar con este tejido industrial, la gente se va de Toro, al igual que de Zamora, Ávila o Segovia y por eso creo que el problema de la despoblación es el resultado de las políticas que el PP ha aplicado durante años y que no fomentan que la gente no se vaya. En Toro el bienestar social es bastante aceptable, es una ciudad en la que se vive bien, pero la gente decide irse y desde los Ayuntamientos poco podemos hacer para resolver este problema.

-¿Este problema afecta de forma especial al casco histórico?

-Hace unos días, estuve en una reunión en la Junta para intentar reactivar el casco histórico, a través de otro Área de Rehabilitación Integral, pero nos encontramos con el problema de que está deshabitado. Desde la Junta nos dijeron que estos planes son para zonas habitadas y, entonces, cómo ponemos en marcha una inversión enorme desde las administraciones para rehabilitar casas vacías y cuyos propietarios están fuera o son herederos. El problema de la despoblación necesita un plan a nivel estatal para equilibrar la densidad poblacional.

-¿El Ayuntamiento seguirá este año apostando por potenciar la cultura?

-Lo más importante es ofrecer alternativas a los ciudadanos para el tiempo libre. Es cierto que en 2016, con motivo de Las Edades del Hombre, el Ayuntamiento organizó una programación de primer nivel y creo que en 2017 también ha tenido un buen nivel aunque, en algunos momentos, el aforo de los eventos no ha sido el deseado. En Toro hay alternativas y, además, estamos abiertos a cualquier propuesta

-En varias ocasiones ha criticado el apoyo que la ciudad recibe de otras instituciones...

-Las relaciones con otras instituciones son cordiales, pero lo que se plasma en la realidad de apoyo a Toro es lo justo. De Diputación recibimos lo que se ha dado siempre y de la Junta recibimos otro trato y existe diálogo, pero la inversión para Toro es prácticamente cero.