La compañía "Liber Skaena" interpretó por primera vez el pasado sábado la obra "Unos cuantos piquetitos", creada por Laura Ripoll y dirigida por Helena Soriano, en el Teatro Latorre. Esta pieza dramática es una cruda reflexión sobre la violencia de género asentada sobre el dominio de la visión romántica del amor. La pieza coincidió, de forma intencionada, con el día internacional contra la violencia de género, lo que le otorgó una mayor resonancia en la labor de denuncia y visibilización de esta lacra nacional.

Soriano valora muy positivamente el paso de la compañía por Toro y afirma "que el resultado fue mejor del esperado". Asimismo, la joven directora tuvo la oportunidad de charlar con algunos espectadores, que le transmitieron la "emoción que les había suscitado la actuación".

"Unos cuantos piquetitos" no ahonda únicamente en la violencia de género, sino que explora la labor de los medios de comunicación y la cultura que ha marcado las diferentes generaciones de nuestra sociedad. De esta manera pretende dar una explicación a los patrones de dominación machista que se siguen repitiendo aún a pesar del paso del tiempo. Para ello se sirve de tres elementos claves: las empresas de comunicación, la copla castiza y la revolución del pop en los años ochenta.

El reparto de "Liber Skaena" rememora los tiempos del consultorio de la Elena Francis, cuando los programas femeninos eran un "adoctrinamiento de las que ahora son nuestras abuelas". Estos mensajes perpetúan unos roles de dominación machista que se han repetido a lo largo del tiempo, como refleja la obra dirigida por Soriano. En esta misma línea, la agrupación madrileña denuncia que la copla castiza o la explosión del pop de la mano de Madona, y su clásico "Like a Virgin", han sido herramientas culturales que favorecieron la promoción de "tópicos que amparan este tipo de comportamientos violentos". Recuerda que aquellos mensajes de la copla española como "Te quiero guapa y sencilla" han regresado en forma de reguetón y que nos están llevando "en la mala dirección".

La directora de "Unos cuantos piquetitos" considera que el teatro puede ser "una herramienta fundamental para educar en igualdad" y alude al teatro clásico griego "donde ya se denunciaban conflictos políticos, sociales e incluso feministas". No obstante, Soriano entiende que la gente no acude al teatro con el fin último de recibir una clase teórica, por ello considera que desde la dramaturgia se pueden introducir claves de forma subrepticia en el inconsciente social para luchar contra "un problema nacional" como es el de la violencia de género.