El Sistema Pisuerga, que abastece de agua al canal Toro-Zamora se encuentra bajo mínimos históricos. Actualmente, los tres embalses que lo componen reúnen una cantidad de tan solo 45 hectómetros cúbicos, un 9,2% del total de agua que puede llegar a albergar (487 hm3). Esta cantidad, consecuencia directa de la fuerte sequía sufrida por todo el país se encuentra muy alejada de la media habitual del sistema, que suele alcanzar más del 35% de su capacidad total. Con este escenario se presentaba la asamblea general ordinaria del canal Toro-Zamora durante la mañana de ayer. La falta de lluvia, las restricciones, la baja producción y las desavenencias entre los comuneros desataron el nerviosismo y los ánimos en la reunión de los regantes.

Tras la lectura y aprobación del acta correspondiente al pasado año, Pedro Pablo Ballesteros, presidente de la comunidad de regantes, abordó los diferentes puntos del día, los cuales estuvieron repletos de cuestiones y debates que no pudieron esperar al apartado de ruegos y preguntas. Ballesteros adelantó algo ya sabido por todos los allí presentes: "la difícil situación que atraviesan los 1.400 comuneros del canal" debido a la ausencia de agua y a las malas previsiones que auguran los partes meteorológicos. Desde la junta directiva instan a los miembros del canal para que apuesten, un año más, por cultivos de secano (cereal) que no requieran de riegos durante el verano y que aseguren un mínimo de producción. Asimismo, todo indica, si no cambia mucho la meteorología, que los agricultores tendrán que volver a dejar gran parte de sus tierras sin cultivar, ya que las restricciones de agua van a volver a implementarse "casi al 100%".

Ante esta situación, la junta directiva electa ha decidido realizar una sustanciosa bajada en las cuotas de amortización que cada comunero debe aportar por hectárea. Años atrás, el precio estaba fijado en 190 euros, pero ante el tétrico escenario que se plantea la dirección del organismo aprobó, respaldada por los presentes, la rebaja de la contribución hasta la cifra de 50 euros. Estas cuotas están destinadas al pago de la deuda que la comunidad contrajo cuando se ejecutaron las obras de modernización del canal, remodelación instigada desde las administraciones y de la que muchos comuneros ahora reniegan por suponer "una deuda impagable". Si el pago por hectárea se ha podido rebajar ha sido en gran parte debido a la negociación que la junta directiva ha realizado con Caja Rural para refinanciar la deuda y bajar los intereses, los cuales actualmente se han fijado en 1,18%, con un interés fijo a 5 años vista. A día de hoy, el canal Toro-Zamora está pagando dos créditos: uno de 12 millones de euros y otro de 5 millones, con un periodo de pago estipulado en 50 años.

Las cuotas de amortización fueron uno de los motivos de polémica dentro de una muy agitada reunión. Uno de los miembros planteó la posibilidad de rebajar todavía aún más las asignaciones aludiendo a una ayuda de la Junta de Castilla y León; a lo que el presidente y la mesa directiva contestaron que esa posibilidad no era posible, ya que el cálculo de 50 euros por hectárea ya incluía el dinero ingresado por subvenciones. Asimismo, la secretaria recordó que la comunidad ve lastrado su maniobrabilidad financiera debido a la existencia de comuneros cuya morosidad, en algunos casos, se remonta hasta 2011 y con los que la comunidad está litigando para percibir dichos pagos.

Octubre suele ser un año de recogida de agua en la provincia de Zamora, 2017 no ha sido así y la sequía se perpetúa peligrosamente. El paso año, la Junta de Explotación del Sistema Pisuerga (perteneciente a Confederación Hidrográfica del Duero) estableció en 3.000 metros cúbicos por hectárea como el cupo máximo del que podían disponer los agricultores de regadío de los canales. De modo que la comunidad tuvo que controlar el gasto de los agricultores y, en algunos casos, cortar el abastecimiento de agua una vez superado el tope impuesto por la administración regional. Ballesteros se congratuló de que el canal Toro-Zamora cumplió con dicha normativa al pie de la letra, siendo uno de las pocas comunidades que "el 30 de septiembre todavía disponían de agua para sus cultivos". En este mismo sentido, el presidente de la unión de agricultores recordó que "no fue casual que tras cumplir con lo que dictaba la razón, CHD nos recompensara con un riego especial los días 15 y 16 de octubre".

Las cuotas de agua fueron un tema de profunda discusión durante el desarrollo de la asamblea. Uno de los comuneros acudió con su abogada para reclamar a la comunidad daños materiales por haberle cortado el suministro de agua de forma "irregular", según señaló la letrada que habló durante la reunión. El agricultor, que optó por cultivos muy dependientes del riego estival como el maíz o la remolacha, reclama más de 51.000 euros a la comunidad y aduce que el agua se le cortó sin haber consumido la dotación establecida y sin previo aviso. Desde la junta de gobierno, así como desde gran parte de los miembros allí reunidos, uno de ellos el juez de riego, argumentaron lo contrario y acusaron al denunciante de abusar del agua indiscriminadamente a pesar de las advertencias en torno a la ausencia de precipitaciones. Los miembros aprobaron, y así constó en acta, de exigir legalmente daños y perjuicios al comunero si finalmente este asunto se dirime en instancias judiciales.

Las horas de riego también tuvieron un gran peso dentro de la reunión. Según destacaron los miembros de la junta de gobierno, una vez más muchos agricultores han abusado de las horas requeridas para el riego, pidiendo más de las necesarias. El pasado año se decidió que ese exceso se detallaría en la cuota anual en 2016 y se cobraría en 2017. Finalmente, tras concluir que ejecutarlo este año sería un castigo excesivo a tener de las condiciones meteorológicas, las sanciones tendrán efecto este 2017, pero sí en 2018: "A la tercera va la vencida", sentencio Pedro Pablo Ballesteros.