Los cultivadores de remolacha se han encontrado con varias piedras en el camino este 2017. A la sequía y las altas temperaturas hay que sumarle un escollo no meteorológico: la liberalización del mercado del azúcar. Durante 50 años Europa ha funcionado con un sistema de cuotas que regulaban los precios. Ahora, cada país de la zona euro podrá producir y exportar la cantidad de azúcar que quiera, lo que supondrá que el precio de la azúcar fluctuará según los movimientos de las grandes corporaciones del sector.

Si bien las grandes productoras, los sindicatos e incluso las organizaciones agrarias como ASAJA, COAG y UPA se han mostrado positivos respecto a la medida, los pequeños agricultores y la gente del campo no han visto con muy buenos ojos esta situación. Fernando García es una de esas personas que se muestran reticentes ante el nuevo marco remolachero: "Ya veremos cómo se desarrollan las cosas a partir de ahora, esperemos que las azucareras se pongan en su sitio y se pueda mantener el cultivo".

Ayer, Azucarera dio comienzo a la campaña de la remolacha en La Bañeza, con un aforo estimado de 60.000 toneladas de remolacha. El aforo total en las tres fábricas del norte se incrementa 200.000 toneladas respecto al año anterior.