"Monte la Reina es de Toro". Este es el eslogan que ya todos los habitantes de la ciudad de Doña Elvira conocen. No obstante, el Ayuntamiento local y varias asociaciones naturalistas han programado unas jornadas informativas sobre la parcela que el Ministerio de Defensa prevé sacar a subasta. Una de las iniciativas que se están llevando a cabo este mismo fin de semana son las visitas guiadas por las tierras de Monte la Reina. Todo aquel que desee participar puede acudir esta mañana a la plaza de San Francisco a las 9.30 horas para disfrutar de dos horas de naturaleza en la que podrán descubrir los secretos que esconde este fantástico paraje y, también, qué problemas amenazan su subsistencia.

Ayer se llevó a cabo la primera de las rutas guiadas. Los más madrugadores empezaron a arremolinarse en el parque de San Francisco preguntándose si finalmente habría que asistir en coche o se fletaría un autobús. Poco después se resolvería la duda, un autocar conduciría a cerca de 40 inscritos hasta el paraje de Monte la Reina, situado a algo más de 10 kilómetros del municipio toresano.

Monte la Reina, más allá de las disputas por quién debe ostentar su posesión, es una enclave de belleza puramente castellana. Nuestra región siempre se inmortaliza a través de sus estepas, sus planicies y sus paisajes infinitos donde las tierras de labranza llegan hasta donde alcanza la vista, perdiéndose en el horizonte. Estas imágenes costumbristas a veces nos hacen olvidar la belleza de nuestros montes, donde la orografía dibuja peñas, cerros y cañadas de inenarrable hermosura. En ellos viven nuestras especies autóctonas, también objeto de polémica entre cazadores, agricultores y ecologistas; lo cierto es que el podemos presumir del jabalí, el conejo, el corzo, la liebre y el lobo. Animales muy nuestros, con los que siempre han convivido nuestros antepasados y que plagan los antiguos cantares y las leyendas de nuestros abuelos.

En estas lides, aterrizaron sobre las piedras de Monte la Reina una platea de curiosos muy diversa: vecinos veteranos, jóvenes concienciados con la ecología, ingenieros forestales y niños de vacaciones en Toro deseosos de encontrar huellas que reflejen lo indómito del lugar. La visita comenzó en la parcela colindante a las Bodegas Monte la Reina, a la cual ciertos miembros de la expedición acusaron de incurrir en una serie de deficiencias como la presencia de una alambrada de púas, partes cementadas en las bases de la valla o la ausencia de gateras para el tránsito de los animales.

Cristina González, natural de Toro y miembro de la Asociación NaturZamora, colaboradora con el Ayuntamiento de Toro en este asunto, fue la encargada de guiar la visita por el campo toresano. Los primeros minutos fueron dedicados en especial a tratar el estado del terreno, con gran presencia de basura, lo que suscitó enseguida el debate sobre el cuidado de los campos y el respeto a los animales. Según destacó González, uno de los principales problemas que aquejan a Monte la Reina es que "es un terreno muy transitado, desatendido y dedicado a los intereses de unos y otros". La naturalista denunció cómo los humanos tomamos del campo lo que queremos sin establecer una reciprocidad equitativa: "estamos en la tierra 80-90 años y arrancamos una encina milenaria sin pensarlo, es un crimen".

El estado actual de la parcela que la ciudad de Toro reclama animó a otros excursionistas a participar en la discusión. Un vecino de la zona de Toro, adherido a esta demanda de la administración local, consideraba que la forma de encarar la campaña en pro de Monte la Reina es insuficiente: "Exigir que se nos cedan estos terrenos está muy bien, pero eso no enganchará a nuestros vecinos de Zamora y otros lugares a apoyarnos en esta medida". "Lo que tenemos que mostrar es que no queremos este monte para frotarnos las manos y sacar tajada, sino porque es un bien ecológico como lo es oponerse a la deforestación del Amazonas", sentenció el participante de la visita guiada.

Fueron dos horas de naturaleza, vegetación, huellas de animales y, sobre todo, concienciación. Bastaron los primeros 15 minutos de travesía para confirmar la eficacia de la visita. El pueblo de Toro está unido a Monte la Reina, porque una imagen vale más que mil palabras.