Las tradiciones definen la personalidad y la forma de lidiar con la realidad de una sociedad. Son el reflejo del pasado marcado en la contemporaneidad cada vez más eufórica y vertiginosa. Las costumbres de un pueblo siempre lo identifican, a veces de una forma amarga que conlleva a la erradicación de esos hábitos y a veces dejan un regusto tan placentero que la única vía aceptable es perpetuarlas. Este último caso incluye al desfile de carrozas, una tradición que cuenta con más de cuatro décadas a las espaldas y que es todo un punto de inflexión en las afamadas fiestas de San Agustín. Un año más, la cabalgata estival se saldó con un nuevo triunfo de participación y asistencia en la ciudad de la Colegiata.

Miles de personas desfilaron por las calles de Toro al son de las charangas, bandas y grupos folclóricos que acompañaron a las más de diez carrozas de este año. Una vez más, la magia fue protagonista en los rostros de los más pequeños, obnubilados con los caramelos, confeti y serpentinas que colorearon la ciudad de Doña Elvira durante la tarde noche de ayer. No obstante, no solo los pequeños adoran las carrozas; una de las principales características de este festejo es la devoción que despierta entre todos los toresanos independientemente de su edad.

Al acto acudieron vecinos de otros municipios del alfoz, así como numerosos turistas que aprovecharon su paso por la ciudad para asistir al espectáculo. El desfile comenzó pasadas las 21.30 horas desde la avenida Luis Rodríguez de Miguel, para continuar por calle Corredera, plaza de Santa Marina, donde se realizará la vuelta frente al palco de honor, atravesando la calle Sol y Rejadorada para dar a parar en la Plaza de San Francisco y acabar en la tradicional Plaza de Toros de la localidad.

De todas las carrozas que protagonizaron el desfile, amén de los grupos locales que intercalaban los vehículos, cinco fueron obra de "El Rurro", empresario toresano y asiduo a la tradicional cabalgata. Papa Noel y su trineo de renos, un gigantesco dragón y un elefante dorado fueron algunas de las figuras que adornaron la corte de San Agustín.