La presidencia de la comunidad de regantes del canal Toro-Zamora, encabezada por Pedro Pablo Ballesteros, denuncia una dejación de funciones en las tareas de mantenimiento y vigilancia por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero. Tras tres denuncias reiteradas en los últimos tres años, relacionadas con el incorrecto funcionamiento en las tareas de mantenimiento, desde la comunidad consideran que la CHD "no vela por los intereses de esta comunidad y sí por los de algunos pocos", reclama Ballesteros. La última reclamación de la corporación de agricultores ha sido la que ha llevado al presidente del canal Toro-Zamora a llegar a esta conclusión.

La comunidad de regantes del canal Toro-Zamora se compone de 1.500 comuneros y 7.000 hectáreas de cultivos de regadío. El agua que abastece al canal proviene del sistema Pisuerga, a través de los embalses de Requejada, Cerveza y, sobre todo, Aguilar. La campaña de riego suele extenderse desde el 1 de abril al 30 de septiembre, aunque dependiendo del volumen de agua embalsada suele administrarse los días previos la conocida como agua de limpieza, que sirve para depurar los kilómetros de infraestructuras en desuso desde el fin del pasado curso. Este año, debido a la escasez de agua, los embalses presentan la mitad de su capacidad (el sistema Pisuerga presenta un 52% de capacidad, frente al 88% que reflejó el pasado año por estas fechas) y la campaña de riego no preveía ningún adelanto.

No obstante, el canal Toro-Zamora presentaba agua el pasado 20 de marzo en el tramo que abarca la zona de la finca Monte la Reina. La anomalía procede de una balsa de agua, de propiedad privada, que linda con el curso del canal y a su vez con la vía del ferrocarril que transcurre por esta zona de la tierra de Toro. Esta situación ha sido denunciada por la comunidad ante la CHD, pero consideran que nunca se debería haber producido, pues las tareas del canal "no solo se limitan al mantenimiento del canal, sino también a la vigilancia del mismo", señala Pedro Pablo Ballesteros.

La charca de abastecimiento de la finca Monte la Reina origina un trasvase de agua al canal cuando esta presenta más nivel que el conducto y sustrae agua del mismo cuando la balsa de agua se encuentra por debajo. Desde el canal Toro-Zamora denuncian que esta situación es "inadmisible" y alertan sobre el "posible peligro de derrumbamiento de este tramo del canal". Esta situación sería desastrosa, ya que de producirse supondría pérdidas millonarias para los comuneros que se verían afectados. Desde la agrupación de agricultores estiman que si el canal se "rompiera" el agua desbordaría hasta la carretera nacional 122 y no solo afectaría a las 4.500 hectáreas que se encuentran por debajo del canal, sino que también dejarían sin suministro a las parcelas que se sitúan por encima del mismo. Esta situación dañaría a 1.000 comuneros, más de un 65% de la explotación y se cifran las pérdidas en más de 10 millones de euros, según las estimaciones de la propia agrupación de regantes.

El Canal Toro-Zamora no ha querido cruzarse de brazos y han tomado medidas al respecto, una vez que los operarios informaron de esta situación a finales de marzo, la presidencia levantó un acta notarial con las fotografías que acredita que los paños del canal en el tramo de Monte la Reina están manando agua procedente de la charca adyacente. Asimismo, también el pedraplén de que sostiene las vías del tren se encuentra "flotando" a causa del volumen del agua que presenta la balsa. La situación es perjudicial para todas las partes: el canal corre peligro de derrumbamiento, la charca pierde agua que se trasvasa al canal y el terraplén de las vías del tren se encuentra parcialmente inundado.

Desde la comunidad de regantes consideran esta situación inadmisible y señalan directamente a la Confederación Hidrográfica del Duero. La propiedad del canal es estatal y la explotación es de los agricultores; por tanto, el mantenimiento y cuidado lo lleva a cabo CHD pero es sufragado por todos los miembros de la agrupación de regantes. Desde el canal Toro-Zamora tienen la sensación que su dinero no está bien invertido y la indignación crece cuando la propia CHD obliga a una modernización muy costosa mientras la entidad pública "no cumplen con sus funciones".