13 de abril de 1957. Esta fecha está grabada en la memoria y en el corazón de muchos toresanos porque un incendio destruyó la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina y redujo a cenizas las imágenes procesionales de la cofradía de Jesús y Ánimas de la Campanilla, excepto el Santo Ecce Homo que se salvó de las llamas porque se encontraba en el Real Convento de Santa Clara. Para conmemorar esta efeméride, de la que en 2017 se cumplen 60 años, la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla ha programado para el Jueves Santo, a las 18.30 horas, un acto en el que la plaza en la que se encuentra la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina, pasará a denominarse "Plazuela de Jesús Nazareno y la Soledad".

El pleno del Ayuntamiento de Toro aprobó el pasado mes de octubre y por unanimidad atender la petición formulada por la cofradía para que la plaza en la que se encuentra la iglesia lleve el nombre de dos de las imágenes más representativas de la cofradía, Jesús Nazareno y la Soledad. Esta nueva denominación comprende el espacio delimitado por la Rúa de Santa Catalina al sur y al este, la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina al norte y la calle Trascampanas, al oeste. El Ayuntamiento respaldó la solicitud de la cofradía tras comprobar que el cambio de nombre de la plaza no afectaba ni a viviendas ni a vecinos y después de valorar la importancia de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, que es una de las hermandades más antiguas de la Semana Santa de Toro y la que cuenta con el mayor número de cofrades. Al margen de la inauguración oficial de esta plaza, el presidente de la cofradía, José Manuel de la Fuente, destacó que, también el 13 de abril, pero a las 16.15 horas, volverán a repicar las campanas de la Colegiata para recordar a todos los toresanos "la triste hora del incendio", aunque este sonido también servirá para rememorar que la ciudad de Toro contribuyó a que Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla resurgiera y se convirtiera en un referente en la ciudad, la provincia y la región.

Con los actos programados para el 13 de abril, la cofradía pretende reforzar su vinculación a la ciudad y agradecer a los toresanos su generosidad y colaboración, tanto en el pasado como en el presente. Sin duda, la historia de la hermandad está marcada por el trágico incendio ocurrido hace ahora 60 años en una tarde de abril calurosa y en la que el estridente sonido de las campanas alertó a los toresanos de que "una gran cortina de humo salía de la iglesia". Provistos con calderos y con mangueras, los vecinos intentaron sofocar las llamas, pero no consiguieron que asolaran el templo. Los bomberos de Zamora y Valladolid que se desplazaron a la ciudad tampoco consiguieron mitigar los daños ocasionados por las llamas.