Paloma Rosete Costillas y Tomás Caballero Sánchez se unieron en pagano matrimonio carnavalesco en el Ayuntamiento de Toro durante la tarde del domingo “gordo” de las fiestas de la máscara y el disfraz. Tanto ellos, como la comitiva nupcial, vestían los trajes tradicionales regionales que exige la festividad: los hombres vestían traje oscuro, capa, sombrero y corbata; las mujeres se dirimían entre las antiguas vestimentas de viuda rica y de campesina.

Como si la intención fuera dotar de mayor realismo a la boda, los novios llegaron con 20 minutos de retraso. El alcalde, Tomás del Bien, encargado de oficiar el enlace, bromeó sobre esta cuestión: “esto es para los que dicen que esta boda es de mentira”. La pareja llegó a un salón de plenos que tuvo que enlazarse con la habitación contigua con el fin de albergar a todos los allí presentes. Solo el séquito marital, formado por los integrantes de la agrupación musical “Tío Babú” eran más de 30.

Horas antes, por la mañana, las protagonistas fueron las parodias. Una mañana de risas, de charangas, de música, altavoces, guasa y arte en la Plaza Mayor y aledaños de la ciudad de Toro. El domingo “gordo” de carnaval, como se dio a conocer este día, comenzó con fuerza desde las 12 de la mañana. Entre vinos y pinchos, los vecinos de la localidad zamorana, así como los visitantes que se acercaron hasta el municipio, disfrutaron de un mediodía festivo y de juerga aderezado por las actuaciones de diversas agrupaciones repartidas por la plaza.