Cielo encapotado, paraguas por doquier, padres orgullosos, abuelos emocionados, ellas en tacones y ellos de traje oscuro. No se levantó Toro con la mejor cara para recibir a la quinta de 2017, pero la alegría fue la nota dominante durante todo el día. La verdad es que no era para menos, ayer la generación de 1999 celebró los quintos en una abarrotada iglesia de Santa María de Arbás.

Siguiendo el clásico itinerario, la jornada de los quintos comenzó ayer a las diez de la mañana en el templo de Santa María de Arbás, donde se celebró una eucaristía en la que los jóvenes protagonistas recibieron la bendición de la Virgen y los consejos del párroco local Roberto Castaño. El presbítero incidió en el importante papel que han de cumplir las nuevas generaciones en el futuro, asimismo recalcó la responsabilidad de los jóvenes de hoy en las zonas rurales del mañana. La misa finalizó con la interpretación de la copla de este año, escrita por Manuel Gato "Fancho" y compuesta por David Rivas, por parte de todos los nacidos en 1999 y una multitud de fotos para el recuerdo.

Es entonces cuando chicos y chicas se dividieron, la tradición establece que los quintos, que antaño solo eran hombres (al ser los únicos a los que se les permitía cumplir el servicio militar), vayan de casa en casa cantando la copla y repartiendo pasquines. Ahora la tradición de procesionar de puerta en puerta la mantienen los chicos y las chicas recaudan fondos para una comida que es de acceso únicamente femenino. Maldita la suerte de tiempo debió pensar alguna, pues la lluvia, presente de forma intermitente en la mañana de ayer, obligó a llevar el afán recaudatorio a los soportales y a los establecimientos a falta de vecinos que recorrieran las calles.

También, como ya es tradición, antes de comer los participantes de la quinta acudieron al consistorio, donde fueron recibidos por el alcalde, Tomás del Bien y el concejal de Juventud, Roberto Asensio. La reunión, que tuvo lugar en el salón de plenos, tuvo un cariz muy ameno, con bromas y risas de por medio. Una vez dentro, los quintos cantaron de nuevo la copla y saludaron a los familiares y amigos desde el balcón del Ayuntamiento.

Una vez finalizada la visita oficial, de nuevo los protagonistas de la fiesta, siempre con su escarapela rojigualda en el pecho, volvieron a dividirse por género. Las chicas se dirigieron al restaurante Rejadorada a celebrar su comida y los chicos continuaron su recorrido por las casas de la ciudad, donde bebieron y comieron a salud de sus anfitriones. Este año, debido a que el grupo es bastante amplío el número de casas a visitar se vio incrementado. Una vez que la tarde se echó encima los nacidos en el 99 se volvieron a reunir junto a familiares y amigos para continuar con la celebración. Entre vivas a los quintos, abrazos, bromas, más comida, bebida y sobre todo tantas fotos como en la alfombra roja de los Oscar se llegó a la noche donde los jóvenes disfrutaron de una cena y posteriormente de una discoteca.

Mención especial para Marcos, el encargado de portar la bandera de los "Quintos 2017" a caballo y que pasó el día ataviado con el uniforme militar correspondiente a su responsabilidad en el día de ayer.

Ya están aquí una nueva hornada de jóvenes Toresanos que encaran su mayoría de edad. Solo el tiempo nos dirá si ellos serán capaces de ser el futuro de estas tierras tan golpeadas por la despoblación. Por el momento, este es su día y como dirían ellos: "Abre moza la ventana, los quintos están llegando, con caballos y banderas, su copla vienen cantando". ¡Vivan los quintos!