Ser pobre en nuestro país sigue siendo un estigma social del que todo el mundo pretende huir, muchas veces negando su situación o evitando a acudir a asociaciones de ayuda social. La vergüenza es un caballo de batalla para estas organizaciones, pues es un muro con el que han de lidiar todos los días. Desde Cáritas, sus trabajadores cuentan que muchas veces "son los familiares de las personas necesitadas las que acuden a nosotros, porque a la persona afectada le da demasiada vergüenza".

La pobreza es todavía concebida como un fracaso personal, cuando es casi siempre un fracaso colectivo y de la sociedad. Visibilizar la pobreza ayuda a que las personas que se encuentran en dicha situación no se sientan parias de la sociedad. Desde Cáritas España se está implementando un nuevo programa de tarjetas que permiten a los solicitantes de ayuda desplazarse a los supermercados a comprar "para que se sientan que ellos también pueden comprar y que son tan normales como el resto", afirma Roberto Castaño, director de la sede de Toro.

En Toro, su alfoz y Fuentesaúco Cáritas y Cruz Roja atienden a 800 personas y 200 familias respectivamente. Pero esto son solo números, la pobreza es pedir ayuda para comida, para pagar la luz, el agua, la calefacción, los libros de los niños, las gafas, el alquiler, la hipoteca, los productos de limpieza, los pañales?