La agrupación musical de pulso y cuerda, "La Rondalla", puso fin en el teatro Latorre al binomio de conciertos que se han celebrado este fin de semana en el honor a Santa Cecilia. No obstante, el espectáculo que se produjo el sábado noche no tenía como único fin el homenaje a la patrona de los músicos, sino que también gozaba de un carácter benéfico dedicado a recaudar fondos para el monasterio de Santa Sofía.

Las "sofías" están recolectando dinero para poder recomprar la talla del Santo Ecce Homo, "Cristo a la columna" que vendieron en la posguerra a un artista catalán. Actualmente la escultura se encuentra en el convento gracias a que la galería Caylus, propietaria de la obra de arte, se la ha cedido a las religiosas por un periodo de seis meses.

Con este fin, las entradas para ver a la banda "Amigos del Arte" ascendían a tres euros. Su presidenta, Verónica Bercianos, afirma que la ayuda prestada a las Canónigas Premostatenses "fue una decisión inmediata" al conocer su necesidad. Puenteareas, pasodoble gallego; la sinfonía nº 40 de Mozart; en un Mercado Persa, de Albert W. Ketelbey y 3 miniaturas de flauta para la solista Laura Gamazo fueron algunas de las piezas interpretadas en el concierto que llenó el teatro hace apenas dos noches.

"Queremos que Jesús regrese a su hogar". Este es el deseo de las "sofías", quienes notan su ausencia desde hace más de 70 años. Todo se remonta a inicios de los años 40, en plena posguerra española. La comida escaseaba y el país se mantenía en pie a duras penas tras una guerra carnal que había nacido con el levantamiento militar en julio del año 36. El monasterio padecía una situación precaria y sus congregantes subsistían gracias a la caridad de los vecinos de Toro, quienes no disfrutaban de unas condiciones mucho mejores. Las religiosas, intentando sobrevivir, aceptaron la oferta de un escultor catalán que pasaba por la ciudad. El artista era Frederic Marés (1893-1991) y la cantidad por la que se cerró la venta oscila entre las 500 y las 900 pesetas, según los archivos del monasterio de Santa Sofía, que no es otro que la memoria y el boca a boca de las residentes. Finalmente, Marés obtuvo dos piezas: un San Pedro que todavía alberga el Museo Frederic Marés de Barcelona y el "Cristo a la Columna" que vendería a la galería Caylus. La casualidad, el azar, algunos dirán que la divinidad, hizo que una de las trabajadoras de la galería, Cristina Uribe, estuviera relacionada con Toro, a través de su pareja sentimental. Uribe en una de sus visitas a la ciudad tuvo la oportunidad de acercarse al convento y conmoverse con la historia de las religiosas: "me siento muy implicada con esta situación", afirma Uribe. Como consecuencia de este encuentro Caylus aceptó ceder la talla del Ecce Homo seis meses a la comunidad religiosa e incluso fijar un precio reducido y especial para el monasterio de Santa Sofía. Según informaciones de la propia galería la suma total a la que asciende la pieza es de 135.000 euros, que se quedarían en 65.000 con la rebaja ad hoc hecha para las monjas toresanas.

Desde el convento lamentan que aún con la rebaja "es una cifra inabarcable en estos momentos", pero no pierden la esperanza y agradecen cada aportación. No obstante, no todo son malas noticias; desde la galería madrileña están estudiando la posibilidad de prorrogar la cesión, la cual caduca el 11 de diciembre. A día de hoy no se ha hablado de fechas, pero el monasterio de Santa Sofía podrá seguir adornando su retablo con la talla de Sebastián Ducete, a la cual las residentes le atribuyen poderes divinos: "ya son varios los que nos ha dicho que todo lo que han pedido se lo ha concedido", comenta la madre superiora.