Se han conocido mañanas más apacibles en Toro que la que ayer brindó la meteorología. El frío y el aire protagonizaron el domingo que despedía a la festividad de Santa Cecilia. Quizás por eso la localidad zamorana se levantó más perezosa de lo habitual y a pesar de que ya había pasado el mediodía nadie fue a ver la salida de la banda "La Lira" desde el Palacio de los Condes de Requena.

Tocaba despedir a la patrona de los músicos, y allí que fueron llegando con cuentagotas los componentes de la banda, imbuidos también de ese clima indolente que vestía a la urbe. Los mayores buscaron el refugio del edificio, los jóvenes el de las anécdotas de la pasada madrugada. Y es que ayer hubo "cena", o al menos la palabra rondaba los mentideros de los intérpretes. Al más lozano del grupo, todavía barbilampiño, unos cuantos veteranos le azuzaban respecto a su negativa sobre las bebidas espirituosas que protagonizaron la noche. Antes de que el espíritu del grupo se volviera demasiado ocioso, el director los cuadra: fila india y a honrar a la patrona.

La columna de música sale a las doce y media del palacio de los Condes de Requena y marcha a paso ligero hacía el convento de las Mercedarias, donde recogerán la reliquia de Santa Cecilia. Durante el recorrido, la agrupación musical no se cruza con muchos paisanos, y cuando así lo hace las miradas de desconcierto rompen el ritmo de la alegre melodía que interpreta "La Lira". Uno se atreve a preguntar: "¿pero qué celebráis?". "¡Santa Cecilia! La patrona de los músicos", le responde el director afablemente mientras la banda enfila el callejón que conduce al monasterio.

Una vez en el convento solo entran los músicos nóveles a recoger la reliquia que homenajean. La vergüenza y la edad se dan la mano y en consecuencia nadie se pelea por llevar a la patrona hasta que el director, haciendo honor a su cargo, ordena y los jóvenes obedecen. Tras recoger a la Santa la comitiva continúa por la plaza mayor, donde un par de parejas se atreven con un pasodoble y unos aplausos al paso de los músicos. Son los primeros que no reciben a la banda con un interrogante en la cara.

Finalmente, "La Lira" encara la iglesia de San Julián, lugar donde depositarán a la patrona. A las puertas del templo se agolpa la gente. Y es que los toresanos deben de ser familia de Sergio Ramos, pues han elegido el descuento (el final del recorrido) para aparecer y recibir a la banda y la sagrada pieza que portan. Tras la correspondiente misa, la agrupación musical retomó el pasacalles hasta el palacio de los Condes de Requena de nuevo.